Vidas quemadas,
vidas en ruinas,
vidas destrozadas,
vidas desesperadas.
Y a este lado de las pantallas planas,
la vida sigue su inercia
entre el deber y un deseo
alquilado,
suspiro a bostezo.
Consumiendo los días
como zombies
bien educados,
mientras se acumula la nada
entre los huesos y la carne,
cuando las horas agrupan
los latido mortales
hasta el fin de los días.
Dani T. D. 17/3/2022
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