La realidad es confusión total.
Confusión que me levanta de la cama, me lava la cara, me saca la lengua a través del espejo, me sirve un te y me acompaña al trabajo mientras me espera tomando cerveza en cualquier gestoria de la ciudad metropolitana.
Últimamente la confusión me acompaña a todas partes. Es como un perro (o una tortuga en patinete).
A veces, cuando vuelvo del trabajo, me siento en una de las butacas del salón. Y mirando a la Confusión a los ojos, le pregunto quién es ella en verdad. Pero siempre me responde lo mismo: Yo soy tu, y tu eres pura ilusión que se fuga hacia el espacio más alegre y vacío. ¿Por cierto tienes más cervezas?
La confusión es realidad total. ¡La confusión es la hóstia!
Y tal vez gracias a la confusión, estoy vivo.
Dani T.D. 10/12/2021
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