A partir de entonces, la materia de expande por el vacío espacio. A partir de entonces la velocidad inventa el tiempo en relación con la distancia de los distintos cuerpos celestes.
Cada nuevo día es un punto de luz tomada del aliento del sol. El sol es una hoguera gigante. Un gran caldo en ebullición.
Nosotros estamos en la tierra, un planeta de agua y sedimentos líticos que sigue una órbita elíptica al rededor del mentado sol. Damos vueltas y vueltas, reguladas (quizá) por un adn cósmico. El cosmos, se podría decir, que es un conjunto de relaciones entre sus distintos cuerpos celestes. Un conjunto de latidos que laten a la vez, creando así una melodía al compás del estallido de Big-bang.
Pero y ¿antes del big-bang que había? Expertos científicos dicen que nada. Pero ¿que es la nada? Es difícil imaginar la nada. De hecho, en ciertas filosofías orientales, la nada es la culminación de todo. La dimensión propicia para que se genere la materia y la energia.
O quizá la nada es ese zumbido que uno, de vez en cuando, oye en plena madrugada, cuando todo está en perfecto silencio.
Y Díos, en caso de existir ¿qué pintará en todo esto?
Dani T. D 26/12/2021
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