en la tarde dominical,
cuando un sol de verano
ya empieza a declinar.
El calor hace más lento
los movimientos y las horas
se relejan ante un móvil sin alma
que solo recibe mensajes insustanciales.
Mientras me vacunan
contra la moderna gripe al compás
de las estadísticas, que van desinformando
a golpe de chip, con cierto descaro oficial.
Y las dulces derrotas siguen su curso,
ennobleciendo el arte de existir.
Agitando los latidos del corazón
en esta tan extraña y bella odisea.
Dani T. D. 15/8/2021
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