A veces tan bella
y otras tan idiota,
con sus promesas
que se rompen cada
dos por tres sobre
las aceras de la resignación.
A veces tan profunda
y otras tan superficial
como una religión
o un partido político.
Como un resfriado.
A menudo tan absurda
como su antagonista,
tan asesina como amante
y amiga de nadie
en concreto.
A veces tan infernal
y al mismo tiempo
tan celestial
en cada latido
disparado por
el más neurótico corazón.
Tan dura como sencilla,
tan delicada, como fuerte,
tan asquerosa, como divina,
tan enamorada, como resentida.
Y solitaria,
terca,
alegre,
desesperada,
enloquecida,
prudente,
libre,
esperanzadora.
Tan mortal,
tan accidental,
tan extraordinaria,
tan azarosa,
tan rica,
tan fuerte
y tan poca cosa.
Dani T. D. 1/5/2021
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