recorren las calles vacías.
Mientras
las avenidas del corazón
se oxidan por momentos.
Todo en silencio,
y el horizonte
envasado al vacío.
Cuando toda espera
se cansa de esperar.
La luna llora en silencio
y el sol se despierta
cada nuevo día a bostezos
envueltos en papel
del periódico
de ayer.
Quizás la vida
es un sueño sin sentido,
un sueño suspirado
por un azar que sucumbió,
en un momento dado,
al perturbado
e inquieto deseo
al perturbado
e inquieto deseo
de un Dios solitario
y completamente aburrido.
Dani T. D. 18/3/2020
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