de esta maldita ciudad en una tarde de primavera,
quisé cruzar las puertas del infierno
y burlar esta tan cabrona y vacía soledad.
Soñé todos los sueños
que había por soñar
y luego di en alquiler mi corazón
a un caracol que pasaba delante
de mi casa de papel
y café recanlentado.
y café recanlentado.
Resucité quinientas veces
en quinientas pieles
y almas descOsidaS.
y almas descOsidaS.
Y aunque siempre parecía
no ser el mismo,
no ser el mismo,
siempre volvía a la casilla de salida.
Te busqué y te encontré,
te perdí pero de nuevo me encontraste.
Nos prometimos amor del bueno
y muchas cosas más.
y muchas cosas más.
y también nos mentimos
un puñao de confesiones de azúcar
y sal.
un puñao de confesiones de azúcar
y sal.
Ahora vivo de pensión
en una ciudad pequeña y lejana
que se deja besar sus labios de neon
por el mar.
por el mar.
Ese mismo mar
que suspira tus ojos
que suspira tus ojos
tan bellos como apasionados
y divinamente asesinos.
Dani T. D. 25/6/2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario