y las horas de nada
decoran esta oficina de alquitran,
mientras uno aprende,
por enésima vez,
a vivir con un corazón
totalmente vacío.
Cuando el alma
es tan sólo una oficina de correos
inundada de facturas de desamor
por tus ojos de húmeda ceniza.
Otro lunes muerto amanace
entre la desesperación y la neurosis,
la risa floja y el puto polen.
Cada día es un lunes muerto.
Sí, cada día
hasta el fin de los días.
Hasta los sábados y domingos
no son más que lunes disfrazados,
lunes que nacen totalmente muertos.....
lunes que nacen totalmente muertos.....
Dani T. D. 3/6/2019
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