busco, a caso, la luz del alma de tus ojos.
Latiendo el deseo que en el pecho se me abre
como un milagro que aún hace posible mis días.
Combatiendo la pena de no volverte a ver,
me propuse encontrar un rumbo más certero,
sin renunciar al amor, ese bálsamico aliento
que da coraje de no temer a nada.
Fue toda una aventura apasionada
y grartamente enloquecida que me ha
permitido encontrar en tu bella mirada
otros mundos dentro de mi.
Para al fin volver a hallar lo que no
sabia que buscaba entre tus brazos de primavera,
y tu risa enciendiendo mi alma en el camino
misterioso de esta mortalidad certera.
Ignoro si alguna vez realmente me quisiste,
a pesar del divertido juego que jugábamos.
Pero allá dónde vaya para siempre te recordaré
como un gran amor que me acaricio gratamente el corazón.
Dani T. D. 26/6/2019
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