Emile Cioran (1911-,1995) el filosofo rumano, que fué a vivir a París huyendo de una Rumania algo gris y decadente, es un gran compañero de viaje desde que lo descubrí casualmente por allá 1995, cuando ya había fenecido. De vez en cuando lo releo y me aconseja sobretodo cuando estoy en baja forma Sus aforismos, sin duda son como un nectar para mi. Sin ir más lejos, dice uno: Uno nunca está sólo respeto a los demás, sinó respeto hacia si mismo, más o menos.
O ese que dice: La risa es la única excusa de la vida.
También escribió: Que la vida no tenga nada de sentido, eso ya es una razón para vivir. De hecho es la única
o Cada uno de mis libros es un suicidio no realizado
Su visión parece y es terriblemente pesimista respeto a casi todo, pero paradojicamente en su prosa se respira cierta vitalidad que ya quisieran muchos.
Hay que admitiir que este pensador sabia muchas cosas, dado a que era un lector veraz. Para mi sus libros transmiten una singular lucidez que, en dados momentos, puede ser pura medicina para el alma y de paso el cuerpo. Cioran no pretendía adoctrinar ni convencer a nadie, sólo escribía en sus horas bajas para disipar sus temores y fantasmas.
Sus libros se deberían vender directamente en las farmacias.
Hasta luego Cioran, ¡muchas gracias amigo!
Dani Torralba i Devesa, 17/1/2017
Emile Cioran
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