me reencuentro
con los mismos muertos
que respiran,
que como un servidor
mal venden su tiempo
y fugaz espacio a cambio
de unos cuantos litros de aceite
y tres minutos
de ardiente amor
pero sin un ápice
de pasión.
No vaya a ser que venga
el Diablo y nos seduzca,
por pensar y sentir
por nosotros mismos.
No vaya a ser que
nos pongamos a soñar
bien diespiertos
para dejar de ser muertos
que respiran.
Dani Torralba i Devesa, 19 enero 2017
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