jueves, 12 de enero de 2017

NADA QUE PERDER

Perdiendo la dignidad pero con dignidad
¡y la autostima que la jodan de una vez!

Hay que tener coraje,
perder el respeto al innoble
oficio de desvivir
latiendo cada latido
como si fuese el último.

Hay que atreverse a saltar al bacío diariamente,
caminar por la tormenta sin paraguas,
perder el miedo al miedo,
bajar cuando haya que subir
y, ¿por qué no?, confundir este infierno
con el cielo más artificial.

Total; soy fugacidad
en un espacio que se multiplica
y se contrae al mismo tiempo.
Soy una mortal mentira
que nada importa al fin.

No tengo nada qué ganar, ni qué perder,
cuando me haya muerto al fin
será como si nunca hubiese vivido...


Dani Torralba i Devesa, 12 enero 2017

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