Manuel Vilas es un escritor genial. Un loco maravilloso. Se nota que es poeta. Y sobre todo se nota que es baturro, aragonés como mi padre. Como Goya y Buñuel.
A través de sus páginas vamos viendo anécdotas y vivencias de Vilas. No es una biografía exactamente. Se podría decir que no es una novela exactamente, es otra cosa o es más que eso.
Cortázar decía que la novela había que traicionarla. Jugar con toda sus posibilidad. Invitar y provocar al lector para que participe y juegue con el libro que está leyendo.
Por otra parte, tanto Cioran, como Bukowsky (cada cual desde su arte. Uno es un maldito filosofo y el otro un maldito escritor) eran de la opinión que un libro tiene que agitar, provocar y, en cierto modo herir al lector.
En cierta forma, este libro lo logra. Al menos no deja nada indiferente.
Lo que si sé es que cada página respira vida. Autenticidad, belleza y magia. También es un libro de consulta, pues Manuel Vilas también expone sus conocimientos sobre diversos temas. Y no esconde sus más sinceras opiniones.
No se corta.
¿A demás como no me va gustar un escritor que es fan de Lou Reed?
También hay unas páginas dedicadas al gran poeta de Nueva York.
Quizás no es el mejor libro del mundo, pero Manuel Vila es un gran escritor. De aquí un tiempo, me volveré a leer el libro.
Desde que lo descubrí en su novela Ordesa, lo llevo siempre en un rincón de mi alma.
Sus poemas también no tienen nada de desperdicio. Directamente son geniales.
¡¡¡Viva Manuel Vilas!!!
Dani T. D. 12/10/2024
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