caras sin rostro
huyen de la huida
en la ciudad prohibida
por las calles calladas.
Caras,
caras sin cara
arrastran sus manos
pos las avenidas
de la triste tristeza
mientras rastrean el rastro
tras una huella virtual
en un teléfono móvil casual.
Caras,
caras sin ganas
se colocan con anti depresivos
para soportar
su propio soporte,
el de esta existencia descompuesta
y sin sustancia.
Divangando
y flotando
en el espacio
más hortera
pero efectivo.
Dani T. D. 13/6/2023
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