He salido de buena mañana. Es domingo de junio, hace calor aunque de vez en cuando una brisa suave se cuela por las rendijas del aire y refresca un poco el espíritu. Se agradece, aunque se nota el cambio climático. La tierra cada vez es una olla exprés, y algún día de estos estallará y será engullida por el sol. Mientras no llegue esta fecha, seguiré tratando de vivir como ciertamente me plazca. En un quisco me he parado y he comprado el diario con su inseparable suplemento dominical. Los he puesto en la mochilita que traía en la espalda junto a una botellita de agua, una pieza de fruta y un libro. He andado un buen rato más. La ciudad estaba relajada, tomando el vermú del diumenge en las terrazas o simplemente descasando. O quien sabe, pues a veces los días de la semana juegan con uno y se cambian los rostros. Y uno no sabe ya en que día vive.
En un pequeño parque me he sentado en un banco. He sacado el diario y le echado un vistazo, Ciencia ficción total, algún artículo interesante, y el fin de mundo que no acaba de llegar. !Que frustración más grande jopeta!
Luego me he comido el melocotón y he sacado un libro del siempre genial Enrique Vila-Matas, concretamente Kessel no invita a la lógica, un libro muy divertido que reflexiona sobre las vanguardias en el arte. Un libro cargado de citas, de pensamientos de diversos escritores y artistas (como todos los libros de este genio). Una mezcla, como no, entre la novela y el ensayo. No es la primera vez que leo este libro. Pues con los libros de Vila-Matas me pasa como con los de Cioran, Pessoa, Paul Auster o Steveson,.. me gustan releerlos una y otra vez. Sacarlos de vez en cuando de la estantería e ir de paseo con ellos. Preguntarles cosas y escucharles una vez más.... Invitarles al cine, al teatro a casa de un muy buena amistad.
Con libros uno nunca esta solo y uno vive más (sí, lo he comprobado).
Concretamente los libros de Enrique Vila-Matas como los de Cioran se podrían directamente vender en las farmacias. Son medicina pura para el alma y hacen de la vida un espacio infinitamente mágico. Uno se llega a creer que la vida puede tener algún sentido.
Entre las páginas de este libro, he encontrado una frase de Demócrita, que me ha iluminado. He estado un buen rato repasando la frase con los ojos. Me he prometido que al llegar a casa, volvería a la frase y haría un escrito para colgarla en este bloc. Pero como no tenía con que subrayar, y como no he puesta ninguna señal, al llegar a casa no he logrado encontrar la genial frase de Demócrito, que era la llave de todo un universo. Sigo buscando. Aunque también puede ser que haya desaparecido del libro. Pues hay frases muy nómadas que van de libro en libre, iluminado mentes, almas y corazones.
Gràcies Enrique Vila-Mata pels teus llibres tan genials!
Dani T. D. 26/6/2022