concretamente entre
el corazón y el hígado.
Hay días tan marrones
como el porvenir,
tan idiotas
como la tan falsa
felicidad.
Hay tardes desesperadas
que me dictan poemas urgentes
en diferido y al oído,
noches arrugadas
sobre una cama despierta.
Hay mañana alquiladas
a lunes con resaca,
tribus de atardeceres
que apuran siempre
la penúltima copa
de la tan sudada
y jodida ansiedad.
Dani T. D, 6/5/2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario