voy a una oficina de cereza
a currar un poquito
para sacarme un dinerito.
Ni tan triste, ni tan feliz
no me caso con nadie,
mientras colecciono besos
en las espumosas esquinas
del más inspirado verano.
De regreso agarro la guitarra
ensayo un par de acordes
y así provoco a los dioses
haber si se bajan de la parra.
Ni tan feliz, ni tan triste
no me caso con nadie,
mientras pinto sueños en el aire
que a veces realidad se me hacen
como los tiernos descosidos
de la inevitable fatalidad
que late esta vida tan placida.
Dani T. D. 22/7/2021
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