Huyen disparadas las horas de vapor afilado. Se dirigen hacia la nada más espontánea y libre, lejos de cualquier inútil ley o perjuicio apático. Queman las semanas de papel, y finalmente tan sólo queda el hueco espacio dónde restaba el decorado de una existencia sedentaria. Manifestando así las dudas y las quejas, las alegrías y las penas, los miedos y los credos, los planes de futuro y los deseos más enloquecidos, las frustraciones y los sueños.
Mientras cada cuál sigue y sigue huyendo hacia no se sabe exactamente donde. Todos huyen, incluso los que aparentemente no se mueven nunca.
Dani T. D. 13/7/2021
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