transitan por la ciudad asustada
mientras las horas de plata
de los idiotas relojes
salen disparadas.
Interrogante inquietos
transitan bien prietos
los días siniestros
en estos tiempos absurdos
teñidos de confusión
comprada en Amazón.
Palabras abandonadas
se mueren de hambre
por las esquinas de agua,
mientras camino sin camino
andando sin ganas
hacia no se sabe dónde.
Luego, en una esquina
de un bar con espinas,
escribo estos versos
que un viento furioso
al oído me ha soplado,
mientras un camarero
me trae una fresca cerveza
que le he pedido.
Dani T. D. 1/4/2021
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