Cocodrilos trasnsgénicos de compras,
transitan por escaparates ultramodernos
en el naufragrar contemporáneo
proclive al vacío más sustancial.
Días fantasmas hasta al fin
comulgan con el futuro más decadente
prometiendo casi siempre lo imposible
cuando los ladridos del viento
pintan perros vigilantes ante la nada más eficaz.
Pero no sufras,
no renuncies a la locura de sentir
cada instante
cada instante
sin esperar absolutamente nada.
Contentemonos con vivir,
sintiendo cada latido que nos late
esta misteriosa danza hasta el fin.
El final que tan sólo es otra palabra,
como felicidad,
como paraguas,
como melancolía
como milagro,
como tu,
como ella,
como yo, como tantos
como tontos,
como nadie
como tu,
como ella,
como yo, como tantos
como tontos,
como nadie
como nada...
Dani T. D, 23/12/2019
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