La tarde es una idiota araña,
la oficina un absurdo purgatorio
mientras el deseo llora sobre las aceras
y los ojos de la Vida se van en otra dirección.
mientras me muero por una fresquita cerveza.
Un año más mayor y un poco más idiota.
Siento que me estoy acercando al juicio final,
pero no tengo abogado.
¡Que más da!
¡Me la trae foja!
¡Me la trae foja!
Total no sé aún quÉ carajo hago aquí,
y probablemente no lo sepa nuNca.
Me acuerdo de tus labios,
de tus manos,
y de tu ardiente silencio
de tus manos,
y de tu ardiente silencio
subiendo suavemente por mi espalda
y con eso ya me basta
para no enloquecer más de lo debido.
para largarme de este purgatorio tan frío y oxidado
en dónde se cultiva la flor
del más inútil deber.
Mientras el invierno pinta
los rostros helados
de esta huéfana y disecada ciudad,
y mis manos sordas
teclean un ordenador sin dueño
desde esta oficina del vacío más decadente
y moDerno...
y moDerno...
Dani Torralba Deves, 22/1/2019
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