miércoles, 7 de mayo de 2014

ENTRE NARACIONES

  Para poder navegar por las avenidas de la vida, me narro continuamente.
Y AL NARRARME me invento, suelo narrarme vivo. A aunque a veces sospecho que estoy muerto, a al menos no he llegado a nacer nunca, que también podría ser, sobrevivo entre la risa y cierta neurosis nada convencional, aunque vital.
Porque en el fondo ¿uno cómo está tan seguro de estar vivo? Es claramente una hipótesís, como casi todo. Vivimos gracias a las hipótesis.
Ay! es que no paro de narrarme. Y a veces me creo que soy alguien  y que ese alguien  se llama Antonio.
Y soy filólogo del silencio, una nueva rama del logos. Es que hay gente para todo en este puñetero mundo.
El silencio es una palabra. Cuando uno nombra la palabra silencio, por un instante deja de haber silencio, pero luego el silencio continua, si estamos alegados de cualquier centro comercial claro
¿Le tenemos pánico al silencio? Pues claro. Y es que el silencio impone, es la esencia del ruido y de la música, o sea ruido armónico.
Es cómo la nada. 
¿Que diablos es la nada? A parte de la segunda persona del singular del imperativo de verbo nadar.
Dicen los sabios, concretamente los sabios Hindúes que la nada es la esencia de todo. En verdad esta vida es nada. Interesante...inquietante. Es difícil de pensar este concepto en sí. Bueno, también podríamos preguntarnos que es pensar. ¿Narrarnos? ¿Discurrimos a través del lenguaje? ¿Convertirmos las necesidades fisiológicas en vitales palomas que acarician el aire a través de la voz?
Ahora me viene a la memoria un ensayo de Borges que giraba en torno de la metáfora. Y si no recuerdo mal en algún lugar de aquellas exquisitas páginas decía que ya la palabra como tal no deja de ser una metafora. Es decir la palabra árbol no es aquel árbol, por ejemplo. Pero lo representa. Y también podemos decir que las cosas existen en la medida que pueden ser nombradas, como aquella canción de Bob Dylan, El Hombre puso nombre a los Animales. Igual la vida en si misma es una metáfora que puede llegar a ser un bello imposible, que palpita mortalidad por los cuatro costados. O la muerte. La muerte, en el fondo es un concepto. Pero tampoco esta tan claro que uno muera, vale sí. Pero siempre muere para los demás ¿Pero y para si mismo? No lo sé, todavía no me he muerto, o al menos eso creo yo. Bueno, según la ciencia se acaba muriendo, claro que tampoco está tan claro. La materia se transforma.  Pero la ciencia en el fondo nunca es exacta  del todo. Se basa en la observación del hombre, y el hombre tiene sus limites. Pero bueno, eso lo dejo para otro texto. Interesante el reto ¿No?
De momento aún estoy navegando por las aguas de esta vida. Entre palabras y silencios. Músicas y ruidos. Entre el día y la noche. Entre mi corazón y tus manos. Entre la cirrosis y la sobredosis. Entre Dios y El Diablo. Entre Serrat y Sabina. Entre Alaska y Coronas. Entre la morena y la rubia hijas del pueblo de Esperanza Aguirre.
Que dios nos pille confesa2!
Bona nit!

Dani Torralba. mayo, 2014

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