ni los de aquí ni los de allí,
ni la unidad de Esparta,
ni el independentismo de Disneyworld.
Los polos opuestos
se atraen,
el Diablo es íntimo de Díos,
y al negro le sienta tan bien el blanco...
Me aburren hasta el hartazgo
todas las banderas
por igual,
por igual,
y crearme inutilemente
enemigos.
Prefiero
los abrazos a las bofetadas.
Los besos a los escupitajos,
los chistes a los insultos,
los conversaciones a las disputas,
la fraternidad a las fronteras.
Me aburren la mayoria de los políticos:
los que creen tener siempre la razón,
los libertarios intolerantes,
los pacíficos violentos.
Ni todos los hispanioles son tan fachas,
ni los fachas son todos ibéricos,
ni todos los polacos son separatistas,
ni los separatistas son tan catalans.
Ni los Ciudadanos son todos ciudadanos,
ni los Podemos son tan de revolucionarios,
ni los Socialistas son tan de derechas,
mientras que los Populares y los Box(eadores)
también muerden algun
que otro anzuelo envenenado
de su propia cosecha.
En fin,
que casi nunca nada está claro:
la confusión sigue iluminando el camino.
El camino hasta el final,
el final que a lo mejor desemboca
en otro tan inesperado, bello
y tan desconcertante
principio.
Ni todos los hispanioles son tan fachas,
ni los fachas son todos ibéricos,
ni todos los polacos son separatistas,
ni los separatistas son tan catalans.
Ni los Ciudadanos son todos ciudadanos,
ni los Podemos son tan de revolucionarios,
ni los Socialistas son tan de derechas,
mientras que los Populares y los Box(eadores)
también muerden algun
que otro anzuelo envenenado
de su propia cosecha.
En fin,
que casi nunca nada está claro:
la confusión sigue iluminando el camino.
El camino hasta el final,
el final que a lo mejor desemboca
en otro tan inesperado, bello
y tan desconcertante
principio.
Dani T. D. 13/3/2019
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