no siempre van deprisa,
mientras que la vida de la vida
va perdiendo la propia vida
en el desvivir
de cada latir que late
el corazón;
cuando VA perdiendo la razón
en el ejercicio de cada
pensamiento
desvelando el presentiminto,
que no el resintimiento,
desde cada sentimiento
por el que miento
y al mismo tiempo mento.
A través de cada palabra
que me muda la voz
como un afónico altavoz
desde su voltio precoz
mientras el destino,
el muy cretino,
me da una coz
en el propio porvenir
el que siempre está por venir,
pero nunca, nunca,
nunca viene
nunca viene
pues se entretiene
en el aquí y ahora
como una excusa
barata, pero difusa.
CUaNDO al
fin se
fin se
rompe el timón
que va marcando
toda dirección,
y, de paso,
la Ley de la Compensación
en el propio afan
de avazar
hacia cualquier lugar
sin apenas del sitio
moverse, ea.
Dani T. D. 27/3/2019
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