burlando con alegria
toda fatal felicidad
que no deja
de tomarme el pelo, la
que no deja
de tomarme el pelo, la
que al fin un día de estos
al fin me alcanzará y me
hará desaparecer sin
piedad alguna.
hará desaparecer sin
piedad alguna.
A cada dos pasos
desafío y desvío mi
propio destino,
propio destino,
burlando las promesas
que descumplió
el azar más ladron.
No creo en una vida
más allá, pues
a menudo ya me
cuesta ceer en una vida
más acá.
Y mientras,
los años
cada vez me pasan
más a prisa.
Y cada vez
entiendo menos de
nada, pero
nada, pero
tampoco importa
demasiado;
pues
lo más probable es
que no haya nada
qué entender.
¿o si?
Dani T. D. 18 octubre, 2018
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