de un hipotecado infierno,
cuando las prisas saturan casi todo, casi na...
Cuando los cuandos ya se agotan
de toda excusa grandilocuente.
Mientras los lunes ya se levantan
cansados de ser lunes,
cansados de reciclar las mismas
idiotas promesas de siempre, de casi nunca.
Adulteras y embasadas al bacío,
esperando en una estanteria
del supermecado
en un enésimo recalentado entusiasmo
Y la vida al fin, siempre se escapa
de sus propias huellas, afortunadamente.
Fugaándose en cada gesto,
en cada mirada, en cada caricia,
en cada susuro....
Sí, se escapa
tras el sueño que se sueña a si mismo
contra toda estupidez
bien planificada
bien hallada...
Dani T. D. 25/6/2018
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