Cansado de yo qué sé
me largué a ningún lugar
con un corazón desorientado
y las ideas totalmente despeinadas.
Naufragué por enésima vez
en una tarde sin tobillos,
en un sueño sin esquinas,
desde un solar en construcción.
Te busqué en un deseo
descalzo y destrozado,
enfermo de esta nada
que viste de arriba a bajo
mi destino.
Mientras el tiempo
pasó sin avisar,
como siempre,
con sus manos de nadie
envuelto en una gabardina
de niebla mordida.
Cansado de yo qué sé
vuelvo de ningún sitio,
recuperando el vicio
de robarle versos
a una luna tierna y
totalmente desquiciAda.
Dani Torralba 31 mayo 2016
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