jueves, 19 de mayo de 2016

CUENTO DE HADAS

  Hace unos cuantos años, entre unos amigos, fundamos un partido político, basado en las mentiras.  No éramos ni de izquierdas ni de derechas, sinó todo lo cantrario Queriamos dar un aire nuevo al país, y dar voz a los que  no tenía cuerdas vocales, suponiendo que existe realmente alguien sin voz (aparte de Harpo Marx, claro).
   Ningún de nosotros éramos políticos. Habían dos filologos, un abogado, tres periodistas, un cocodrilo del Nilo  y yo que, era un administrativo aficionado al rock más urbano.
  Las mentiras eran una cosa muy seria. Se puede decir que todo es mentira y, más en la cosa política. Pero hasta entonces nadie había cogido los toros por los cuernos, ni tan siquiera por el rabo. Nuestras propuestas iban más allá: revolucionar la situación social del país, y en su (de)fecto del resto del mundo. Estimular las ideas políticas, transformar todo de arriba a bajo. No era tarea fácil. Eso decían todos, y también lo deciamos nosotros. Pero desde el principio fuímos honestos con casi nadie, y menos con nuestras parejas o trios o pokeres.... Presentamos un programa muy atractivo para no cumplirlo en absoluto, empezamos defendiendo al más débil y acabamos por fortalecer a los más hijos del Diablo. Desconociamos, más que nada por interés personal, las principales leyes del mercado, es decir el motor del Estado. Al final conseguimos entrar al congreso, derrotar al enemigo, avanzar posiciones, hacer historia, descomponer todos los poderes fácticos (aunques los obispos fueron invencibles, como todo hijo del diablo), desteñir a las tres clases sociales, empatizar con los banqueros y cierto bufete de abogados.
  No sé si llegamos lejos, pero qué importa, yo saqué suficiente dinero para poder grabar mis primeros discos. 

Leo a Marx, escucho a Victor Manuel Serrat y a Sabrina (de Billy Wilder) y me encanta veranear en Andorra y en Hawai.
Díos, lo que da de sí la política....
¡Viva la revolución!

Dani Torralba  Devesa 19/5/2016

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