Mi compañero de escritura me ha dado envidia.
No todos los días se hace un amigo tan especial.
El principito, pequeño en tamaño, grande en verdad.
Se marchó de su planeta porque su rosa no le valoraba.
Se marchó para encontrar un amigo que le correspondiera.
Lo buscó por muchos planetas y lo halló en la Tierra.
Quién nos lo iba a decir, tanto maldecir...
¿Encontró tres? El zorro, el piloto y la serpiente.
Ah, cómo me gusta el capítulo del zorro:
domesticarnos, crear lazos, celebrar los ritos, el corazón por encima de todo...
Yo también he aprendido con él:
no importa tanto ser amado como amar...
no importa tanto vivir o morir...
Nada importa tanto
si se ama de verdad.
Descansa en paz, amigo,
en tu estrella fugaz.
Tu rosa, con sus espinas,
te valorará.
qué más da.
La amaste.
La amaste hasta el final.
Y eso es lo único que te llevarás.
Nada importa tanto
si se ama de verdad.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVeo que tu también lo conoces. No me estraña, segura que has ido más de una vez a su planeta. Bueno, todos tenemos algo de principito,
Eliminar¿no crees?
Dania