domingo, 16 de febrero de 2014

EL REY DE LOS CRONOPIOS

 Esta semana que acaba hoy, como una serpiente voladora que ya se va para siempre NUNCA-JAMÁS, pues ahora la tengo cenando en la cocina y luego se ira en un globo que esta anclado en el balcón, se ha cumplido treinta años de la muerte de Julio Cortázar, todo un cronopio. También este año se cumplirá un siglo de su nacimiento. Recuerdo que en un concurso literario que se hacia en el instituto dónde estudiaba al que participe y gané, como premio me dieron la novela Rayuela, de Julio Cortázar. Es una novela fantástica. Un libro que se puede leer de varias maneras. Incluso en la primera página hay una guía con los capítulos distribuidos en un ordén alternativo, al que el lector, si quiere puede seguir. Dinamitando así el orden más convencional que se supone la lectura de un libro. De hecho uno puede leer cualquier libro como quiera. Por ejemplo, la Metamorfosis de Kafka. Un escarabajo que se convierte en un hombre. Perdón, eso ya esta en un cuento de Quim Monzó, a quien se podria decir que también es un cronopio. Un cronopio que recuerda un poco a los cuentos de Cortázar, en  su escritura. Porque esa es otra, los cuentos de Julio Cortázar. Historias que abren puertas. Que rebelan que las cosas no son como son. Que hay escaleras para subir de espaldas. Intrucciones para llorar. Sillones para morir. Noches boca arriba. Niñas que juegan a la vía del  tren al juego de la estatuas. Atascos de coches que duran días. En fin, vida en palabras. Desde que lo descubrí, Julio es un amigo, que a diferencia de JulioVerne, un día también se inventó un libro mágico lleno de historias sorprendentes al que llamó LA VUELTA AL DIA EN OCHENTA MUNDOS. Y es que como decía uno cuando hablaba de Heminwey, lo más seguro és que Julio Cortázar siga vivo. Y nosotros estemos muertos.
   Aquí en casa también tenemos a Pere Calders, que és el Julio Cortazár catalán. O també és pot dir que Julio Cortázar es el Pere Calders argentino. En el fondo qué importa, pues como decía Borges todos, lo más seguro, es que seamos la misma persona.
Me voy a cenar con Julio Cortázar. Si alguien se apunta. Pues como canta Sisa, otro cronopio, Qualsevol nit pot sortir el sol.
Hasta otra niños.
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Dani Torralba, febrero, 2014

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