Año 2050
Es el fin. Ya vienen. Todos sabíamos que este día llegaría antes o después, pero no queríamos verlo. Era más cómodo y más soportable seguir quejándonos de la hipoteca, la precariedad laboral y la aniquilación del Estado del Bienestar.
¡Estado del Bienestar, mayúscula abstracción! No quisimos ver que sólo existían unos pocos estados del bienestar y ahora pagamos por ello.
Entiendo que estén indignados contra nosotros. Nosotros también lo estuvimos una vez, pero contra otros. No sé por qué los seres humanos tendemos a mirar –tal vez sería mejor decir envidiar- a quienes están mejor que nosotros. Nunca se nos ocurre, nunca se nos ocurrió, mirar hacia abajo y ahora sabemos que es ahí donde acabaremos.
No estoy nervioso ni asustado. Tampoco estoy triste. Tal vez un poco molesto, por ver que la historia se repite sin que podamos sacar algo de provecho.
Yo ya me he aprovechado bastante, ahora que lo pienso. He bebido y he comido lo que me ha apetecido, he viajado y comprado lo que he querido, he leído y pensado…
Qué malpensado. Que los muros podrían pararlos, que merecían ser maltratados, que no había recursos para todos, que nacer Aquí me hacía superior a ti…
Recibimos lo que damos, ahora lo comprendo. Sembramos injusticia, recogemos violencia y muerte. Acepto la sentencia: culpable por inconsciente.
Extraño alivio de un espíritu inerte, asfixiado en el vacío, que al fin encuentra su carne.
Ya vienen. Es el principio. Adiós, Occidente.
Bienvenida a los dilemas yonkis...
ResponderEliminarGeorge Soros