se me presentaba todo un dilema
y ante un inesperado tedio
urgía encontrar remedio.
Pero nada fácil era
pues el bicho continuaba a sus anchas
enseñando su dentera
y sus tan desteñidas mechas.
Encerrado con mis vicios y manías
la convivencia se hacía necesaria
para sobrellevar los días
con sus tardes más literarias.
Parecía todo una completa irrealidad
¿acaso la vida no es un poco eso?
Como la caverna platónica
que a la mínima te la dan con queso.
Dani T. D. 29/4/2020
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