por este tan asfaltado desierto,
y un tedio de todo a cien dehincha las horas,
hacia un mar completamente siniestrado.
Ya naufragan palabras desgastadas
por voces ya afónicas de tanto gritar:
tonadas tan desafinadas
que disecan el sueño de toda libertad.
Tiempo de inútiles designios
desgastan los distintos actos
que desproporcionan la melodia
del inmediato y más vital ejercicio.
Banqueros y mandatarios vampiros
desangran los bolsillos del electorado,
desangran los bolsillos del electorado,
en un sistema tan deteriorado
por la cansina e insana ambición
en proliferar a modo de subvenciones,
que ayuden a realquilar antiguas
codicias, recosidas con rencores
y así transferir todo azaroso origen.
Reclamando las identidades
nacionales ficticias de siempre,
para no cambiar apenas nada
en la esencia de toda decadencia.
Dani T. D. 9/10/2019
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