De aquellas quimeras, estos lodos.
De esos festejos, estas lágrimas con moco.
De esas bellas litografías, aun me trastaco,
pero sin dramas ni perdiendo los modos.
Que aquí como me veis, yo era un bala perdida,
y ahora me conformo con tragarme
la dosis de las cinco en su justa medida
por el pavor que tengo en malograrme
otra previa en la reventa,
una jauria de eloquecida golondrina
una ley que el alma asesina.
Pues de aquellas quimeras, otras locas
me la juegan en mis ratos ociosos
mientras no venga la de los últimos agravios.
Dani T. D, 3/10/2019
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