Ya no me encuentro donde estoy
y no estoy donde me encuentro.
Ahora vivo en los suburbios
de un tan
desgastado corazón.
Gritando silencios
en esta ciudad desierta,
gritando tu nombre de espadas y plumas doradas,
mientras las horas rendidas
se torvan ante ningún bar abierto.
Demasiado tarde para olvidarte
ante las puertas invisibles de un malentendido
idiota y fuera de lugar.
Ahora sólo me resta restar
el tiempo que no pasaremos ya juntos,
en la historia de un amor desorientado,
el que ya vuela
con las gaviotas del destierro.
O tal vez....
Dani Torralba Devesa 1/7/2019
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