Como invocando al mismo Diablo
vienen descosiendo mordidas promesas
desde las esquinas desgastadas
de un deseo cáduco que tan sólo
se resigna a dar vandazos con su pelazo.
Y auque difiera de todo manjar corporativo,
se atrave a convecer al más proclive
a la espera de que el futuro sobrevenga
reclinado desde su trajin más sofisticado
para que muerda el anzuelo, la plebe.
Hace muchos milenios que los tiempos
ya están cambiando. Lo hacen al compás
de los devotos de la soberbia más aberrante
mientras el desconsuelo más humilde
se va manteniendo suspiro a suspiro.
Mientras siguen los mismos vámpiros
ladrando su más fastuoso e inútil ego,
que es puro marqueting del miedo,
para que el pobre desgraciado se crea
y aplauda el mismo lastimoso vodevil de siempre.
y aplauda el mismo lastimoso vodevil de siempre.
.Dani Torralba Devesa, 27/11/2017
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