Desconcertar a diario el destino
variando el camino
y andar si acaso con los píes
bien del revés:
como si fuesen un par
de alas
sujetas a la espalda.
como si fuesen un par
de alas
sujetas a la espalda.
Y vivir soñando complamente
despierto para no dejar
de sentir cada instante
fugaz, circunstancial y mortal.
Cambiar de manera de pensar
para sentir lo mismo pero
totalmente diferente
y así vivir cada paso
como si fuese el último,
como si del primero se tratase
hasta el último aliento,
hasta quien sabe dónde.
Dani Torralba i Devesa, 1/12/2016
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