Con frecuencia me levanto de la cama y la realidad es un espeso banco de niebla. Y no acierto a reconocer nada. Llegados a tal punto no sé que hacer, uno ya tiene una edad. Pero eso no significa absolutamente nada. Así que para la ducha, luego me afeito (y de paso me corto la cabeza) y luego salgo hacia mi lugar de trabajo. Unas cuantas horas de esclavitud me purgaran el alma.
A veces creo que la vida es un sueño. Al fin y al cabo uno se acaba mueriendo, y vuelve a la más profunda nada.
Claro que tambén a veces uno tiene la sensación que antes de la muerte tampoco hay nada.
Visto el panorama no me resigno, en absoluto.Al contrario Pero eso no quiere decir que desaparezca de mi vista el banco de niebla. Es cuestión de tomárselo con filosofia, y de coger la cosa por el lado que no queme. Y al fin escribir unas cuántas lineas más en un papel con tal de hayar una posible explicación, consuelo o la fórmula para hacerse millonario quizás. Aunque tampoco la solución está en el dinero.
¿A caso es un dilema metafísico?
Yo que sé, como decía Montesquie
Porque también hay días de todo. Días en que uno aspira a ser él, días en que quiere ser otros, días en que no le apetece ser nadie, días en que dimitira del ejerccio de respirar.
¿Al fin y al cabo uno qué hace aquí?
Notable pregunta sin respuesta alguna. Y de paso una buena excusa para vivir.
Dani Torralba, 1 deciembre de 2015
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