Demasiados años para acabar teniendo una vida tan escasa
demasiados horas en el trabajo para un sueldo de esclavo,
demasiados noches anhelando que, con tus encantos,
me sacudas mi tan hambriento corazón,
demasiadas leyes para convivir como civilizados animales.
DemasiadoS futbolistas en este tan triste planeta
demasiados delicuentes en los ministerios
demasiados estudios para tan poca cultura,
demasiados amantes para un solo fantasma.
Demasiada fe para llegar a Díos (o a tres)
demasiada arena en todos los desiertos
demasiadas ideas para no pensar casi nada,
demasiados vampiros en el Vaticano.
Demasiadas mentiras en cada promesa,
demasiado chorizo para tan poco pan
demasiado dinero para llegar a ser pobre,
demasiados presidentes para tan poco territorio.
Demasiadas banderas para tan poco viento,
demasiado sexo para nueve semanas y media
(bueno, esto no. De sexo nunca hay insuficiente)
demasiado animales fuera de la selva.
Demasiados naufragios para llegar a no ser feliz,
demasiada felicidad en cada decepción,
demasiados esperanzas ancladas en el mañana,
demasiados besos nunca dados en tus labios.
Dani Torralba, junio, 2015
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