Esta fotografía la saqué con mi móvil hace unos meses, cuando paseaba por las calles de mi ciudad, Hospitalet de Llobregat. Sin embargo, muestra un fenómeno de alcance global. En primer plano, como no podía ser de otro modo, la indignación. El cabreo en forma de ironía mordaz. Ese cartel simula un mensaje publicitario, con su logo y su eslogan: “La Mafia”, que no La Caixa; “¡Robamos!”, que no prestamos.
En un segundo plano, sin embargo, se encuentra el usuario del cajero automático que necesita sacar dinero. Él necesita, yo necesito, tú necesitas, nosotros les necesitamos... Esta es la gran paradoja del tiempo en el que habitamos. No nos fiamos de los bancos, pero no podemos vivir sin ellos. ¿No podemos o no queremos? Siempre podemos volver a guardar el dinero en la vieja caja de la abuela, pero eso nos parece un retroceso y nos da miedo.
Miedo. He ahí la clave de todo el asunto. De eso se aprovechan las instituciones consolidadas, a pesar de que gozan de todos nuestros recelos. Miedo mutuo, porque ellos –los bancos- también nos tienen miedo. Miedo de que no guardemos nuestro dinero en nuestras instalaciones, miedo de que no les pidamos préstamos, miedo de que dejemos de contar con ellos…
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me gusta mucho
ResponderEliminarEl amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.
ResponderEliminar(Aldous Huxley)
Por eso el miedo nos deshumaniza.-Mireia