A veces las cosas no salen como
uno las había planeado,
un aire desordena las palabras,
una ansiedad acelera los latidos,
las aceras huelen a naufragio,
las despedidas son malditas bienvenidas,
el futuro es pura niebla,
se desangran versos en las tuberías del deseo,
se quema el amor en un corazón de alquitrán,
propuestas suicidas enloquecen el cerebro,
las ganas de dejar de ser se manifiestan
desde altavoces
sujetos a coches que recorren inquietos
las calles de la ciudad de la Moderna Nada.
Y al fin todo queda en un simple decorado
que se desvanece, como siempre. Y
con él, todo la demás.
El barato teatro de la existencia
vuelve a bajar el telón.
Por enésima vez.
Y al fin qué... nada...
O tal vez sí,
porqué nunca es tarde para reír,
pues tal vez reír sea una excusa para vivir.
Tal vez la única.
Dani T. D. 5/9/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario