como cada dia,
huyendo del puto deber que dicta
la mediocridad de todo idiota destino.
Huyendo de las ojeras de lo correcto,
de las prisas que no van a ningún sitio,
de la muerte diaria que paraliza
la vida tan espontanea..
Escapando por la puerta
de atrás de tus besos
que nunca fueron míos.
Huyendo en un taxi
con làgrimas de papel
pintadas con pintauñas
comprado en un chino
Huyendo de cada instante fugaz
desde el borde de la moderna existencia
dónde se suicida
un corazón de falsa porcelanda japonesa.
Y al fin no llegar nunca
a ninguna parte,
y al fin no volver a empezar
nunca ninguna existosa decadencia.
Dani Torralba i Devesa, 16/2/2017
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