Tan triste como la felicidad,
tan alegre como cualquiera,
tan mortal como casi nadie,
tan libre como las cucarachas.
Tengo una novia flaca y melancólica que nos vemos cada tres meses en un cuartucho de hotel barato.Allí nos queremos, nos reímos, nos lloramos sobre el hombro a moco tendido. Unas copas nos perfuman y sacian los corazones rotos, y brindamos por esta vida tan bella y tan jodida. Luego nos despedimos hasta siempre, hasta nunca, hasta la próximo lunes de pascua.
Ella vuelve a sus quehaceres con su pálida mueca y su guadaña automática. Yo vuelvo a mis poemas de sangre y ceniza, de arena y lágrima, de nada y de risas. Sé que un dia nos casaremos y estaremos juntos para siempre. Yo dentro de ella para siempre. Ella dentro de mí cómo la sangre, como una marea en el alma, como la mágia que enciende todo y nada.
Tan vital como la muerte,
tan cobarde como el más valiente,
tan diablo como un santo,
tan náufrago como un recién nacido.
Dani Torralba Devesa, 13/4/2016
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