lunes, 30 de abril de 2012

TODO ES PERCEPCIÓN

¿Veo lo que veo?
o más bien 
¿veo lo que quiero
ver?

Diseño
posibles huidas
que me suspira
la propia ilusión,

y me dispongo,
una vez más,
a alcanzar
lo inalcanzable

sin a penas
de mi espacio
moverme.

Mi yo es una simple
máscara de arena
y sombra de agua
que inventa la posible
percepción de mi mismo,

en la más bella
esquizofrenia
que se supone
estar vivo.

Aunque en muchos
casos simule
tener algún sentido...
lejos de parecerlo.

Dani, mayo 2012.

domingo, 29 de abril de 2012

"El hombre es la salvación del hombre"

Una vez, Yasmina citó una frase muy conocida de Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”. Esta sentencia le vino a la mente a raíz de una serie de experiencias: “Yo pienso en esta frase cada vez que veo vigilancia, nos blindamos la puerta, nos compramos cerrojos, instalamos una alarma, no nos fiamos de nadie en los medios públicos de transporte... vosotros, ¿qué pensáis?”.
Yo también tengo días en que me fijo en lo peor del hombre: su individualismo, su egoísmo, su envidia, su pereza... Pero también tengo días en los que me acuerdo de la profunda alegría que he sentido cuando he ayudado a alguien, del agradecimiento que ha brotado en mí cuando alguien se ha preocupado por mí, de la paz con la que me he quedado después de una charla sincera y profunda…
Y entonces algo me dice que Hobbes no decía toda la verdad. No digo que no podamos ser lobos entre nosotros, pero sí digo que también podemos ser corderos. Y esos días exclamo, con gran convicción y fuerza: “El hombre es la salvación del hombre”.
Me pregunto por qué llegaría Hobbes a tener esa visión del ser humano.  Dicen que vivió en una época de grandes tensiones políticas, o sea, de una gran lucha por el poder. Eso a nivel público. A nivel privado,  aseguran que afirmó: "El miedo y yo nacimos gemelos", porque a su madre se le adelantó el parto al saber que la Armada Invencible se acercaba a las costas británicas. Me gustaría leer algo más de su vida, porque tengo la impresión de que era un hombre muy sensible, un hombre que tal vez no supo encajar bien las decepciones y acabó formándose una imagen muy negativa de las personas, que plasmó después en sus obras sobre la sociedad y el mundo.
Pero esto sólo es una hipótesis. Lo que de verdad me gustaría es que pensarais en en quién os ha salvado o a quién habéis salvado alguna vez...

***

Al hombre no lo salvará una planta, por mucho que la riegue con cariño...

Al hombre no lo salvará un animal, por mucho que lo cuide con esmero...

Al hombre no lo salvará una pantalla, por mucho que la mire...

Al hombre no lo salvará un equipo de fútbol, por mucho que lo apasione...

Al hombre no lo salvará un hobby, por mucho que le motive...

Al hombre sólo lo salvará otro hombre.

"El hombre es la salvación del hombre".

"Hoy es un gran día"

"Hoy es su gran día", pensaba Ana. "Peazo bodorrío. Una catedral rellena de gente, la gente engalanada a tope y además han venido todos. Hacía años que no nos reuniamos... Pero hay están Tomás y Sara tan adorables y guapos (como los odio). Ricardo, exhuberante, luciendo bronceado y traje (seguro que de Armani). Lourdes y Raquel, las gemelas, que si las miras de lejos no sabes diferencialas. La verdad es que han escogido unos modelos bastante llamativos. Y Rubén, oh mi Rubén que guapo está...

Y aquí estamos todos, en la vida de Raúl y Sandra, miembros todos de la pandilla del barrio. La verdad es que no se como han dado con nosotros, porque la vida nos ha deparado muy distintos destinos. El mio es el siguiente.

Sali del barrio cuando contaba con 14 años. Fuí la primera de la pandilla es despegarme y no por razones voluntarias. Mi padre le cambian el lugar de trabajo (es militar), por lo que mi madre y yo nos tuvimos que trasladar. La verdad es que lo pasé muy mal. Recuerdo nítidamente la última tarde que me reuní con los chicos. No estaban todos al principio, pero si mis más allegados. Rubén, Lourdes y Raquel estaban allí conmigo. Me prepararon una gran tarta de chocolate de despedida y yo rompí a llorar de la sorpresa. Se agregaran más tarde los demás, Ricardo, Sara y Tomás. La verdad es que me duró mucho el enfado con mi padre de tener que separarme de los mejores amigos que había tenido.

Ahora, 14 de Julio de 2010, los veía a todos de nuevo y la verdad es que habían cosas que no había cambiado mucho. Otros sí, ¡por supuesto!, pero yo así lo sentia. Por ejemplo, las miradas complices de las gemelas cuando hacían una trastado o se aburrían seguía hay, y el pavoneo de Ricardo era el de siempre...
Pero otros habían cambiado con Tomás y Sara y Rubén, oh Rubén, que cambiado estaba...

Un poco de mi

SOY humanista,adorador del hombre y su obra,de sus virtudes y sus defectos.Observo los acontecimientos de la historia a través de momentos puntuales en los que hemos acanzado la grandeza y otros en los que nos hemos sumido en el más profundo de los abismos.

ATEO por momentos aunque creyente la mayoría.Hay algo,no se qué,que trasciende lo humano,la razón y la lógica,qué no tiene respuesta dentro de nuestra imperfecta mente,pero que me hace pensar que lo divino puede existir aunque no de la manera que nos han hecho creer.

POR las personas que quiero soy capaz de beberme el mar y aunque me parezca repulsivo su sabor sé que el regusto que habrá en mi boca resultará dulce,placentero,reconfortante y me llenará el saber que lo que he hecho lo he hecho por amor...sin más.

LA vida es larga o corta,según se mire,pero lo que verdaderamente importa de ella es saber aprovechar los momentos buenos,y aprender de los malos.Aunque como bien se dice"de todo se aprende".

GRACIA ,en ella quiero caer antes que ser gracioso,quiero ser tu compañero,de alegrías y sinsabores.Tenerte a mi lado y que yo esté a tu lado es para mi la mayor de las recompensas.

DE todos es sabido que podremos salir o no, a flote en ciertos momentos pero hay solamente una cosa que es segura, y es que sólo la muerte no tiene solución,lo demás tiene cura.Así que si"un problema tiene solución o no,para qué preocuparnos eternamente".

DIOS está en nosotros y nosotros en él,o quizás nosotros somos Dios,que creamos y destruimos aunque con más facildad lo segundo.Es natural? quizás si,quizás no,pero lo que es seguro es que crear es más difícil,aunque merece la pena.

jueves, 26 de abril de 2012

Shailiyaah(2)

Veinte años atrás:


Cinco de la mañana,nuevo día.El Sol acarícia las espigas de la huerta,una brisa temprana remueve los árboles,mamá jilguero trae gusanitos frescos para su prole hambrienta.
Bajo el imponente roble mamá venado enseña a su retoño a buscar hierbas frescas,las aguas del río se ven revueltas por las pisadas del oso buscando su primer bocado del alba...

Hoy es un gran día,un acontecimiento ha alterado los planes cotidianos de la famila Ortinger.

Todo está dispuesto.Orisha le está dando un nuevo vástago a Maler...
Kenai permanece a los pies de la cama observando como la matrona ayuda a mamá a traer al mundo a un hermano...

Sus ojos avispados no pierden detalle. Los gemidos,los esfuerzos,las lágrimas de papá y las sonrisas del capataz y doncellas.

-Es una niña!!!
-Kenai!! acércate y saluda a tu hermana,hijo.

Tímidamente el niño se acerca a la cabecera donde los llantos del bebé se ven apaciguados cuando éste detecta la presencia de su hermano mayor.
La pequeña mira a Kenai con sus ojitos azules y esboza una sonrisa que a todos sorprende dada su temprana edad.
-Qué nombre quieres para tu hermana hijo?-dice mamá-
-No sé-balbucea Kenai ante tal responsabilidad- Mailah?
-Bien hecho hijo-responde Maler-así sea pues!!! Mailah Ortinger futura condesa de Égalar ,bienvenida a tu hogar!!!

Un aplauso atronador envuelve los aposentos y todos celebran el nacimiento,mientras Kenai sonríe orgulloso.
-Bien hijo,dejemos descansar a tu madre.
Lenta y solemnemente abandonan todos la estancia para que mamá repose y el ama de cría adecente a la niña.
-Sacrificaremos diez jabalíes en su honor!!! Día de descanso y paga del día para todo el mundo-brama Maler lleno de júbilo-
Ven hijo mío,vamos de pesca hoy,te lo has ganado,tú y yo solos.

Los días a solas entre padre e hijo es lo que más le gusta a Kenai.Las historias,las leyendas,las hazañas narradas al lado del fuego...esas conversaciones son las que marcan,educan y satisfacen al pequeño de diez años que mira con orgullo y respeto a su progenitor.

Mañana es un gran día,Mailah será presentada en sociedad. Las casas mas notables de Legorian estarán ahí y será una jornada de fiesta....

miércoles, 25 de abril de 2012

La verdad nos es revelada


                        .
Empiezo con la conclusión, aunque no tenga sentido.
Porque de eso se trata. No hallaba las palabras que  describieran mi anhelar.
(No sé cómo explicarlo mejor.)

Hoy me he levantado con desasosiego. Con ansiedad. Algo que busco y no encuentro me mantiene intranquila. Como tengo fiesta, decido hacer que mis pies me guíen.

Hay días en que me siento saturada de información y de estímulos. Estímulos sonoros, estímulos visuales. Deseo entender: entre tanta información no proceso. ¿Conocéis esa sensación?
Así que me pongo unos cascos de música, para que sea mi mirada la que busque pistas.
 Observo y ando. Ando mientras observo. Necesito aislar el ruido del tráfico.

Tráfico: ese lenguaje que no entiendo. Me pierdo a veces, y no sé si las calles van en un sentido u otro. Las bicicletas pasan a mí alrededor y todo el mundo parece saber hacia dónde va. ¿Por qué a veces me siento como en Marte? Son lenguajes dentro del lenguaje. Y dentro del último de ellos, otro que se sobreentiende.
¿Todo el mundo sabe hacia dónde va o ha aprendido  que lo parezca? ¿Es acaso un arma evolutiva en una gran ciudad? ¿Por qué nada sorprende y tengo la sensación de invisibilidad?

Pero a veces, cuando camino y sostengo una mirada, (generalmente con personas mayores) me  sonríen con complicidad, como si habláramos un idioma secreto, nos hemos reconocido. No somos invisibles entre nosotros, pero un pequeño guiño, un ademán, y nada más, somos de la logia de los perceptibles.

No puedo con los escaparates y más y más terrazas. Mis ojos miran hacia un cielo con plomizas nubes, edificios centenarios que han cambiado su uso, aunque no su aspecto.
Han sido remodelados y reconstruidos para que parezcan antiguos y solemnes.

Y sé que los recuerdos se van cambiando a medida que nuestras emociones o vivencias los transforman. Que ese balcón con antiguas persianas me llama la atención porque me evoca al mío, y cuando el viento me traía olores dulzones de crema solar de la playa aunque estaba lejos, y que asomada en él, tañían las campanas en una iglesia cercana. La desconchada escalera y el cielo siempre plomizo de Asturias….
Pero eso es un instante de recuerdo, ahora estoy rodeada de personas que están en continuo movimiento, en dispares direcciones, y sopeso aquello de que posiblemente no nos encontremos más. Intento grabar las caras con las que me cruzo, pero sólo consigo  recordar un perfil y unos zapatos cada vez. Las imágenes se acumulan….

Necesito llegar a un sitio dónde mis ojos y mis pies descansen, pero a la altura de plaza Cataluña, al mirar la colina, la marea humana que me espera en las ramblas, me empiezo a desesperar. Intento improvisar atajos en la acera, donde pueda ir más rápido, y llego al fin a Colon.

Sigue y sigue el gentío, como clichés se acercan a los peces del maremágnum y a las palomas. Mis pies me llevan al puerto, donde una réplica de navío me impresiona. ¿Sao Paulo? Que realizó la vuelta al mundo. Esa madera y tela ha sorteado mil mares….

Y es luego, cuando en reposo, intento que me asista la LUCIDEZ.
Cuando me siento perdida, no es que busque respuestas. Porque no las hay cuando ni siquiera sé formular las preguntas.
Más bien necesito una guía, una luz en el camino. ¿Por dónde miro? DIRIGE MI MIRADA.

A veces, cuando pido una orientación, y hojeo un libro, de repente algo cobra sentido.
Y estoy en una librería, dejo que el azar abra unas páginas.

Ya está-La pasión que hallo en ellas, eso que transmiten, eso me reconcilia con la extrañeza del mundo.
Una gran idea. Entrevistar a dos hombres eminentes y que sienten pasión por lo que hacen. Que no se han visto nunca, pero se han seguido mutuamente. Uno es periodista de guerra y el otro escritor  y crítico de arte. ¿Y en qué convergen, de que hablan?
DEL MIRAR.DE CONTEMPLAR.-QUE ES MIRAR CON ATENCION.
Que cuando hablas con alguien, y te relata alguna vivencia, has de escuchar con mucha atención, ya que la vida está ahí. Hablan de la CAPACIDAD de PRESTAR ATENCIÓN.Y la manera como lo expresan…es magnífica, de veras. Y como tras su encuentro, uno sueña con el otro y la interpretación que hace de ese sueño….
COMO DIRÍA EVA: DEPENDE DE CÓMO MIRES.
Mirar de John Berger.
Los cínicos no valen para este oficio (sobre el buen periodismo) Ryszard Kapuscinski.
De golpe supe que podía reconciliarme con él NO entender, sea cual sea el lenguaje/idioma/o situación. He de intentar mirar, y el esfuerzo de atención dará resultados.

Y sí, acabe comiendo un bocadillo en un bar lleno de fanáticos futboleros Chelsea Barça. Y tan a gusto que me parece increíble, a mí que no me gusta el futbol. Y hasta estuve hablando al pasar con el dueño de la tienda de ultramarinos, cosa curiosa, porque es un hombre impermeable e insondable. Y viendo el orgullo con el que mostraba una tablet, al preguntarle por ella, me explicó lo que le había costado y el uso que le daba. Es un hombre muy inteligente, lástima que no hable su idioma. Suerte que él si habla el mío.

Y quería escribir esto, porque aunque no sepa expresarlo, porque la vida no está para desperdiciarla. Está para vivirla.
Y que los que me quieren bien, que los tenía preocupados, sepan, que Mireia intenta mirar. Pero desde el interior hacia fuera. Para que el esfuerzo valga la pena.
(De la amapola a todos vosotros.)

martes, 24 de abril de 2012

Las aventuras de la mujer cangrejo (1). Avance.

Ella era una mujer normal. Ni excesivamente guapa, ni excesivamente inteligente, ni excesivamente excesiva. Soportaba con estoicismo la rutina de la vida y con gran paciencia las idas y venidas, el ahora sí y ahora no de un jefe arbitrario y despótico.
Su gran consuelo –en realidad, el único- se hallaba en la visión del mar y el contacto de sus pies con la arena de la playa. Allí acudía todas las tardes, después del trabajo. El ritual era siempre el mismo: fuera zapatos, arriba pantalones, contacto con el agua… Y después toalla, sol y mirada al cielo, en busca de Juan Salvador Gaviota. “Me gustaría tanto conocerle”, “le preguntaría tantas cosas”, “¿de dónde sacó su fuerza de voluntad y su coraje?”.
¿Cómo una mujer así, hecha de migas de pan y mirada masajeante, podría transformarse en la mujer cangrejo que hoy ocupa las portadas de todos los diarios del país?
Las hipótesis son de lo más variadas. ¿Le picó un cangrejo, tal vez, en el momento en que puso sus pies desnudos en el lugar equivocado? Bah, demasiado visto. ¿Le arrastró una ola cuando se bañaba, tragó agua salada y vomitó toda la ira que llevaba años acumulada? Podría ser. ¿O quizá calculó mal las horas de sol y sufrió una insolación que, además de ponerle la piel roja como un cangrejo, le secó el poco cerebro que le quedaba? No te digo que no, no te digo que no...
Sea como fuere, una mujer normal se ha convertido en una estrella mediática, y no sé si eso es malo o bueno. De momento, la policía sólo ha encontrado una pista: unas castañuelas en forma de pinza con las que asesinó al que, esto queda entre nosotros, fue su jefe. Han comenzado a buscarla en todos los hogares de ancianos y escuelas de folclore, y no andan muy desencaminados...
Seguiremos informando.

¡A lo loco se vive mejor!

La película de este mes, “Con faldas y a lo loco”, me ha traído a la mente esa canción que dice: “A lo loco, a lo loco, a lo loco se vive mejor”. Al fin y al cabo, los protagonistas sufren una serie de peripecias que no acaban del todo mal.
La historia es tremendamente sencilla: un par de músicos que han de hacerse pasar por mujeres para huir de unos gánsteres y, al mismo tiempo, ganar un dinerillo. El caso es que ambos se sienten atraídos por la misma mujer, una sensual Marilyn Monroe, y ahí comienza el enredo.
El enredo tampoco tiene nada del otro mundo, pero mentiría si dijera que no he pasado un buen rato. Y tampoco sé si debo pedirle mucho más a esta película. Se trata de disfrutar de las peripecias de un par de buscavidas, y punto.
Si tuviera que decir qué es lo que más me ha gustado, creo que me quedo con el ritmo de la historia y con las caras de Jack Lemmon. Me ha encantado la variedad de registros con las que expresa: sorpresa, decepción, enfado, inseguridad… Simplemente, genial.
Y para animar un poco el cotarro, os dejo con la cancioncita que he citado antes. ¡Un poco de locura sana, para no variar!

domingo, 22 de abril de 2012

La vida del salmón

Ruperta es una hembra salmón. Es una chica de agua salada. Sabe que su vida esta a punto de finalizar y por ello debe emprender un largo camino. Es un camino jodido, en el cual lo importante es llegar al final del trayecto. Ruperta no piensa escatimar en esfuerzos. No le importa ser  la primera, lo verdaderamente importante es simplemente llegar. ¿Y llegar a dónde? ¿Y porqué?
Es una historia ancestral que sus padres le contaron nada más nacer. Y asi sucesivamente, pues a sus padres se lo contaron los suyos y a éstos lo suyos, y así sucesivamente. La historia dice que los salmones han de nacer en las riberas de los rios de montaña. Nacen en agua dulce, pues este es el hábitat donde se debe procrear. De tal manera las mamas parturientas, morirán pues el esfuerzo de subir desde el mar a lo alto de la montaña las agotará. Es decir, morirán en el mismo lugar donde vieron la vida.

A Ruperta, la carga que conlleva subir la corriente le cuesta mucho. Además, lleva en el vientre muchos huevos, con lo que aún se le hace más difícil.
Sube y sube. Sus compañeras, infatigables, le acompañan. Algunas caen en el camino. Es mucho esfuerzo y el camino esta lleno de peligros. Se encuentras con humanos que intentan pescarlas con anzuelos, con prensas de agua , trampas y con osos. Todo son peligros y ella solo quiere llegar... Llegar para morir y para dar la vida.... ¡Y todo es tan cansado y difícil!

Entre ellas se dan ánimos y van superando los obstáculos... Los humanos y los osos quedaron atrás y ahora solo queda un repecho más... Y por fín, ¡Si! veo el estanque en el cual nací, ese verdor de árboles que tanto recuerdo, y con aquellas rocas tan conocidas... ¡Oh, si! ¡Qué tiempo tan feliz que pasé por estos lares! Allí, en el mar todo eran complicaciones y aquí, en la montaña cuando era pezqueñín que bien vivía....
¡Oh si! Por fín, me recostaré aquí y abriré para que surgan mis huevas, tan pequeñinas... ¡ Y yo que estoy tan, tan cansada...! Pero que bien, que feliz fui yo aquí y que ganas tengo ya de dormir... ¡Oh si....!


Edu, Abril 2012

jueves, 19 de abril de 2012

EXPLORACIONS QUOTIDIANES

  Ja farà uns tres anys que em vaig comprar una jaqueta d'explorador. Des d'aleshores me la poso sovint i exploro la més immediata realitat. Un dels darrers descobriments que he fet, és que la realitat, en sí, no existeix. La realitat és un espai buit del tot. Només tenim el nostre punt de vista, que d'altra banda és totalment subjectiu, per no dir fictici. I  el punt nostre punte de vista el canviem sovint. Aquest plantejament pot semblar molt evident i, de pas, ximple. Però massa sovint no el tenim en compte.
  Donem moltes coses per suposades. Pero aquestes coses no deixen de ser sorprenents. No sé si m'explico. El que vull dir és que tampoc està demostrat que realment vivim la vida, al menys una única vida. El més probable es que vivem infinites vides alhora. Fem les coses perquè les hem aprés a fer d'una manera o d'un altra. Però això no vol dir que realment fem les coses com realment es vendrien de gust fer-les, o defer-les o, no fer-les
  Sense anar més lluny una escala serveix per pujar o baixar. Però tampoc es veritat. Potser també fem servir les escales per anar fora de nosaltres mateixos i descobrir que tots els descobriments que em fet fins aleshores no són descubriments. Son desplaçaments que ens transportes a altres realitats.
   Se suposa que la felicitat és l'objectiut de la vida. Però això no deixa de ser una creença, i com totes les creences son efímeres. La felicitat és una pauraula. Les paraules són metafores. Les metàfores representen la realitat, mai la reflexen. El que vull dir amb tot aixó és que viure és fer màgia. Val la pena explorar la nostra suposada realitat. Ja que tot és un joc i, la felicitat consiteix en jugar. El més segur és que fins i tot nosaltres mateixos no acabem d'existir mai del tot, i aixó ja és en certa manara emocionat, o no?
   La jaqueta d'explorador és de color blava, però pot canvir de color segons el dia. Té tres butxaques a l'esterior, i tres butxaques al seu interior.  Quan un va de viatja la pot fer servir, en un moment donat, com a tenda d'acampanya. Si, ja ho, realment aquesta jaqueta és molt práctica. No me la poso cada día, me la poso únicament quan vull explorar alguna cosa amb temps i pàciencia. A la feina, de en en tent, me la poso per saber realment si faig alguna cosa més que treballar per guanyar-me la vida. Perquè s'ha de treballar per guanyar diner per poder participar i viure en aquesta societat. Però a vegades, amb la jaqueta posada, m'he adonat que en veritat no es treball. Ningú treballa. El treball no deixa de ser un joc. Com tot en aquesta vida inventada per nosaltres mateixo.
  Des de que tinc aquesta jaqueta sóc un altre, o sóc altres. La meva dona em vol una, però en el fons tinc por que se la compri.

Dani, T. Abril.2012

lunes, 16 de abril de 2012

SOME LIKE IT HOT

  Leí en alguna parte que en la lápida del genial director de cine Billy Wilder pone lo siguiente: "Billy Wilder, escritor. Nadie es perfecto". La peli Some Like it Hot (Nadie es perfecto) fue traducida como Con Faldas y a lo Loco, una genial pelicula como casi toda la filmografía de Billy Willder. Una pelicula de 1958, con Tony Curtys, Jack Lemon, y Marilyn Morroe. Esta película cuenta las peripecias de dos músicos, Curtis y Lemon, para encontrar trabajo en un orquesta.  Al final encuentran dos vacantes en una orquesta de chicas. A primera vista es imposible tocar en tal orquesta, pero los dos músicos (un saxo y un contrabajo) se disfrazaran de mujer para conseguir este fin. Los Gangsters de la ley seca les conduciran a ello. 
  La historia de la película como la mayoría de las películas de Wilder, es muy divertida. Uno se ríe mucho. Ese guíon es magnifico. Y la manera, para mi, de llevar la cámara, de algún modo ayuda al desarrollo de la cinta. Hay escenas míticas , como los andares de la bella Marilyn por el anden, a punto de coger el tren y de como esquiva los vapores de la locomotora. El andar y venir de Tony Curtis de la playa a la habitación del hotel, pues se hace pasar por millonario con tal de ligar a Marilyn. El pretendiente millonario que le sale a Lemon. La cariatura que hace Wilder de los gángsteres y de la ley seca. En fin pura Billy Wilder.
Para mi es un de los mejores directores de la historia del cine. Sus películas las tendrían que vender en las farmacias, pues hacen reír y pasar y buen rato. Y ya se sabe, no hay nada como la risa. Sin risas la vida no vale nada. Nada, de nada.
  El mismo Fernando Trueva, cuando le dieron el Oscar pell Belle  Epoque, dijo: "Dedico este premio a Dios, o sea a Billy Wilder". Sus peliculas, aún hoy en día son frescas, modernas y sobretodos llevan el sello del humor incofundible de este maestro de la comedia y de la vida.

domingo, 15 de abril de 2012

Shailiyaah

El Presente:

Recuerdas aquellos días padre?,sientes lo mismo que yo?

Ya no sé dónde mirar cuando quiero buscar la paz,el sosiego...mi mente intenta buscar fuerzas del vacío,de la tierra yerma y las aguas putrefactas de la ciénaga.

Los pájaros cantan a la muerte donde antes rebosaba la vida y los hombres rezan a ídolos caidos.

Dónde está la gente de bien? que ha sido del honor? del amor a la tierra y a los frutos que te da por tu esfuerzo?
La devoción de un padre por sus hijos y éstos hacia él era lo más preciado.La canción de la mañana era la única melodía que resonaba en las almas de los serenos de corazón.

Valores ,valores que no existen gracias a la vara de la tiranía,que los sepultaron bajo el yugo del poder y la sed de sangre, que quedaron como primarios mandamientos en una sociedad harta de la codicia de unos pocos pero que ahora adoran como si esa fuera lo único que les queda,sin más opción que la de tragar!!!


Qué ha sido del valor padre? qué tengo que hacer para hacer resurgir el orgullo a mi pueblo?...

Sólo me queda rezar a los dioses,que Legorian vuelva a ser lo que fue y que te sientas orgulloso de...

-Kenai!! hijo de Maler,rezas a tus dioses?
-Dichosos mis ojos!! qué es lo que veo?  Keter!!! estas aquí?
-Sí,hijo..creías que te iba a abandonar..y perderme esta fiesta?
-No quiero inmiscuirte en esta cruzada amigo mío.
-Desde luego después de estos años no pensarás que ibas a cruzar este río sin mi.
-Viejo Amigo!! por supuesto que no pero es que ya no creía en..
-Ya no crees en nada, lo sé,lo mismo que yo,pero...ahora que la tienes a tu lado,qué nos puede apartar de este camino?
-Lo sé,pero...
-Sé lo que te atormenta,hijo,después de aquello,es difícil creer en misticismos.
Maler era mi amigo,mi hermano...y su vástago no le desmerece.
-Como siempre tus palabras son alentadoras,pero no sé si valdrá la pena...
-Después de la que has armado me vas a venir con que no sabes? Arriba esa espada pequeño mequetrefe!! Jajajajaja!! Veinte mil  almas proscritas claman por ti !!!y estan aquí porque creen en tí!!!...y teniendo el arma definitiva en tus manos nada puede ocurrir que no sea recordado durante milenios!!! Yo creo en ti y tu pueblo está ansioso.Por una vez, CREE!!!...

Kenai alza su espada y los que están apostados en aquella colina,alzan sus voces,y al unísono gritan:
-KUUUUUUMMMMRAAAAAAAAAAA!!!!!!

Y es entonces cuando la horda de la libertad marchará sobre la tierra que una vez fue libre e intentará retornarla al amparo de la armonía que nunca debió perder...

jueves, 12 de abril de 2012

AFORISMOS DEL MÁS IMPOSSIBLE DELIRIO

Estos aforimos se encontraron en una libreta que reposaba en el fondo de un cubo de basura. Están firmados por un tal Ramon Sophistica Do.

 Hoy en día hay basura por todos los rincones, sin ir más lejos: ¿no será la sociedad del bienestar la culminación de la más sofisticada basura?

El futuro solo es una ilusión que consultamos a menudo para volver a poder repetir con más eficacia las mismas payasadas del pasado.

Vivimos en una desinformación permanente gracias a los medios de incomunicación.

Se vive más años, ¿pero realmente se vive más?

El exceso de información, mata toda reflexión

Cuando más mensajes envió, más incomunicado estoy.

Madurar solo significa una cosa: aceptar lo equivocados que estamos y que estaremos casi siempre. Y por suerte...pues eso abré realmente muchas posibilidades.

Toda religión es una estrategia para manipular el concepto de Dios

Dios es el resultado de una y uno. O una y una. O uno y uno.

La felicidad no es tan importante. Lo que importa es vivir antes de la muerte, que a veces resulta todo un reto que parece casi imposible

Ahora dudo de todo más que antes, pero con más seguridad

Una forma sana de llegar a Dios es a través de la sensualidad.

Soy ateo gracias a Buñuel.

Anque Dios exista, no creo para nada en él. Bastante ya tengo en creer en mi.

Los idiotas a menudo reflexionamos

El hombre lo clasifica todo, empezando por sus propios residuos

¿Realmente el hombre es un ser inteligente? ¿Es inteligente la inteligencia?

Estamos en un planeta que gira alrededor del sol. La vida tal vez sólo sea girar sin ir a ninguna parte. Tampoco está mal si se aprovecha para bailar y bailar hasta desaparecer.

El amor y el humor son dos mágnificas excusas para no matarse. En verdad son las únicas.

Lo peor del suicidio es que puede fallar. Matarse no es tan fácil.

La vida tiene sentido por ella misma. Lo que pasa es que el hombre a menudo adultera ese sentido, y ya casi nada tiene sentido.

Más que fe, para llegar a ser obispo, se necesita haber acumalado muchos años de perversidad (profesional, claro).

EL enemigo de Díos no es el Diablo. Es la Banca Vaticana, patrocinadora de cierto crimen organizado.

¿Un dios ateo és una divinidad sin autoestigma?

Siempre es ahora, no hay más.

En verdad no sé quién soy, pero eso me importa tres pepinos

El pensamiento es necesario, siempre y cuando escape de cualquier doctrina, axioma y sistema filosófico

Es curioso que capitalismo rime con canivalismo. Y ano con Vaticano.
Ramon Sophistica Do

lunes, 9 de abril de 2012

Benito Pérez Galdós

Este denso , denso capítulo es un ejemplo de cuadro.-
Lo que hace Galdós con su narrativa es similar a lo que hacía Goya.
¿A que no es lo mismo, Jovellanos pintado por él que la duquesa de Alba o Fernando VII?
Si le eran o no simpáticos lo reflejaba su obra.
Imaginaos un ambiente enrarecido (de rancio abolengo), venido a menos, unas habitaciones polvorientas,  atiborradas de muebles.Un ambiente abarrotado y descolorido.
Época: la Restauración.Llegada de Fernando VII ,el deseado y nunca bastante odiado.

Las mayores RUINAS son las protagonistas.-Tres beatas.-
Paciencia al leerlo.Ironía no le falta.
Tomad aliento, y leed.
Ya. Sólo YO podía recomendarlo.


Las tres ruinas.(La Fontana de Oro )
Capítulo 15.


Las tres señoras de Porreño y Venegas vivían en una humilde casa de la calle de Belén: esta casa constaba de dos pisos altos, y aunque vieja no tenía mal aspecto, gracias á una reciente revocación. No había en la puerta escudo alguno, ni empresa heráldica, ni portero con galones en el zaguán, ni en el patio cuadra de alazanes, ni cochera con carroza nacarada, ni ostentosa litera. Pero si en el exterior ni en la entrada no se encontraba cosa alguna que revelase el altísimo origen de sus habitadores, en el interior, por el contrario, había mil objetos que inspiraban á la vez curiosidad y respeto. Es el caso que en la ruina de la familia, en aquella profana liquidación y en aquel bochornoso embargo que sucedió á la muerte del Marqués, pudo salvarse una parte de los muebles de la antigua casa (que estaba en la calle del Sacramento), y fueron transportados á la nueva y triste habitación, acomodándolos allí como mejor fué posible. Estos muebles ocupaban las dos terceras partes de la casa y casi todo el piso segundo, que también era de ellas. Les fué imposible entregar á la deshonra de una almoneda aquellos monumentos hereditarios, testigos de tantas grandezas y desventuras tantas.
En el pasillo ó antesala, que era bastante espacioso, habían puesto un pesado armario de roble ennegrecido, con columnas salomónicas, gruesas chapas de metal blanco en las cerraduras y bisagras, y en lo alto un óvalo con el escudo de la casa de Porreño y Venegas, el cual escudo consistía en seis bandas rojas en la parte superior, y en la inferior tres veneros relucientes sobre plata y verde, además de una cabeza de sarraceno, circuído todo con una cadena y un lema que decía: En la Puente de Lebrija peresci con Lope Díaz. (No nos detendremos en la explicación de este sapientísimo lema, que aludía sin duda á la muerte del primer Porreño en alguna de las expediciones de Alfonso VIII en Andalucía.)
Las paredes de la misma antesala estaban todas cubiertas con los retratos de quince generaciones de Porreños, que formaban la histórica galería de familia. Por un lado se veía á un antiguo prócer del tiempo del Rey nuestro señor don Felipe III, con la cara escuálida, largo y atusado bigote, barba puntiaguda, gorguera de tres filas de canjilones, vestido negro con sendos golpes de pasamanería, cruz de Calatrava, espada de rica empuñadura, escarcela y cadena de la Orden teutónica; á su lado una dama de talle estirado y rígido, traje acuchillado; gran faldellín bordado de plata y oro, y también enorme gorguera, cuyos blancos y simétricos pliegues rodeaban el rostro como una aureola de encaje. Por otro lado, descollaban las pelucas blancas, las enfocas bordadas y las camisas de chorrera; allí una dama con un perrito que enderezaba airosamente el rabo; acullá una vieja con un peinado de dos ó tres pisos, fortaleza de moños, plumas y arracadas; en fin, la galería era un museo de trajes y tocados, desde los más sencillos y airosos basta los más complicados y extravagantes.
Algunos de estos venerandos cuadros estaban agujereados en la cara; otros habían perdido el color, y todos estaban sucios, corroídos y cubiertos con ese polvo clásico que tanto aman los anticuarios. En las habitaciones donde dormían, comían y trabajaban las tres damas, apenas era posible andar á causa de los muebles seculares con que estaban ocupadas. En la alcoba había una cama de matrimonio, que no parecía sino una catedral. Cuatro voluminosas columnas sostenían el techo, del cual pendían cortinas de damasco, cuyos colores primitivos se habían resuelto en un gris claro con abundantes rozaduras y algún disimulado y vergonzante remiendo; en otro cuarto se veían dos papeleras de talla con innumerables divisiones, adornadas de pequeñas figuras decorativas é incrustaciones de marfil y carey. Sobre una de ellas había un San Antonio muy viejo y carcomido, con un vestido flamante y una vara de flores de reciente hechura. Frente á esto, y en unos que fueron vistosos marcos de palo-santo, se veían ciertos dibujos chinescos, regalo que hizo al sexto Porreño (1548) su primo el príncipe de Antillano, que fué con los portugueses á la India. Al lado de esto se hallaban unos vasos mejicanos con estrambóticas pinturas y enrevesados signos, que no parecían sino cosa de herejía. Según tradición, conservada en la familia, estos vasos, traídos del Perú por el séptimo Porreño, almirante y consejero del rey (1603), fueron mirados al principio con gran recelo por la devota esposa de aquel señor, que creyendo fuesen cosa diabólica y hecha por las artes del demonio, como indicaban aquellos cabalísticos y no comprendidos signos, resolvió echarlos al fuego; y si no lo hizo fué porque se opuso el octavo Porreño (1832), el mismo que fué después consejero de Indias y gran sumiller del señor rey don Felipe IV. Junto á la cama campeaba un sillón de vaqueta chaveteado, testigo mudo del pasado de tres siglos. Sobre aquel cuero perdurable se habían sentado los gregüescos acairelados de un gentil hombre de la casa del Emperador; recibió tal vez las gentiles posaderas de algún padre provincial, amigo de la casa; quizás sostuvo los flacos muslos de algún familiar del Santo Oficio en los buenos tiempos de Carlos II, y, por último había sido honroso pedestal de aquellas humanidades que llevan un rabo en el occipucio y aparecían constantemente aforradas en la chupa y ensartadas en el espadín.
No lejos de este monumento se encontraban dos ó tres arcones, de esos que tienen cerraduras semejantes á las de las puertas de una fortaleza, y eran verdaderas fortalezas, donde se depositaban los patacones, y donde se sepultaba la vajilla, la plata de familia, las alhajas y joyas de gran precio; pero ya no habla, en sus antros ningún tesoro, á no ser dos ó tres docenas de pesos que dentro de un calcetín guardaba doña Paz para los gastos de la casa. Encima de estos muebles se veían roperos sin ropa, jaulas sin pájaros, y arrinconado en la pared, un biombo de cuatro dobleces, mueble que, entre los demás, tenía no sé qué de alborozado y juvenil. Eran sus dibujos del gusto francos que la dinastía había traído á España; y en los cinco lienzos que lo formaban, había amanerados grupos de pastoras discretas y pastores con peluca al estilo de Watteau, género que hoy ha pasado á los abanicos.
También existe (y si mal no recordamos estaba en la sala) un reloj de la misma época con su correspondiente fauno dorado; pero este reloj, que en los buenos tiempos de los Porreños había sido una maravilla de precisión, estaba parado y marcaba las doce de la noche del 31 de Diciembre de 1800, último año del siglo pasado, en que se paró para no volver á andar más, lo cual no dejaba de ser significativo en semejante casa. Desde dicha noche se detuvo, y no hubo medio de hacerle andar un segundo más. El reloj, como sus amas, no quiso entrar en este siglo.
Un lienzo místico de pura escuela toledana ocupaba el centro de la sala al lado del décimo cuarto Porreño (padre feliz de doña Paz), pintado por Vanlóo. Este gran cuadro representaba, si no nos engaña la memoria, el triunfo del Rosario, y era un agregado de pequeñas composiciones dispuestas en elipse, un cada una de las cuales estaba un retrato de un fraile dominico, principiando por Vicenzius y acabando por Hyacinthus. En el centro estaba la Virgen con Santo Domingo, arrodillado; y no tenía más defecto sino que en el sitio donde el pintor había puesto la cabeza del santo, puso la humedad un agujero muy profano y feo. Pero á pesar de esto, el lienzo era el Sancta Sanctorum de la casa, y representaba los sentimientos y creencias da todos los Porreños, desde el que pereció en Andalucía con Lope Díaz, hasta las tres ruinosas damas, que en la época de nuestra historia quedaban para muestra de lo que son las glorias mundanas.
En el cuarto de la devota … (lo describimos de oídas, porque ningún mortal masculino pudo jamás entrar en él) había una Santa Librada, imagen de quien era especial devoto y fiel ahijado el tercer Porreño (1465). Con los años se le había roto la cabeza; pero doña Paulita tuvo buen cuidado de pegársela con un enorme pedazo de cera, si bien quedó la santa tan cuellitorcida, que daba lástima. Junto á la cama (pudoroso y casto mueble que nombramos con respeto) estaba el reclinatorio, al cual no se acercaban ni sus tías. Sobre él se erguía un hermoso Cristo de marfil, desfigurado por un faldellín de raso blanco, bordado de lentejuelas, y una cinta anchísima y un amplio lazo que de los pies le colgaba. El reclinatorio era una bella obra de talla del siglo XVI; pero un carpintero del XIX le había añadido para componerlo varios listones de pino, dignos de un barril de aceitunas. El cojín donde las rodillas de la santa se clavaban por espacio de cuatro horas todas las noches era tan viejo, que su origen se perdía en la obscuridad de los tiempos; su color era indefinible: la lana se salía á prisa por sus grandes roturas.
Todas estas reliquias, recuerdo de pasadas glorias, de instituciones, de personas, de días pasados, tenían un aspecto respetable y solemne. Al entrar en aquella casa y ver aquellos objetos deteriorados por el tiempo, bellos aún en su miseria, el visitador se sentía sobrecogido de estupor y veneración. Pero las reliquias, las ruinas que más impresión producían, eran las tres damas nobles y deterioradas que allí vivían, y que en el momento de nuestra historia, correspondiente á este capítulo, estaban sentadas en la sala, puestas en fila. María de la Paz, la más vieja, en el centro; las otras dos á los lados. Una de ellas tenía en la mano un libro de horas, otra cosía, la tercera bordaba con hilo de plata un pequeño roponcillo de seda, que sin duda se destinaba á abrigar las carnes de algún santo de palo. Las tres, colocadas con simetría, silenciosas y tranquilamente ensimismadas en su oración ó su trabajo, ofrecían un cuadro sombrío, glacial, lúgubre. Describiremos los principales rasgos de esta trinidad ilustre.
María de la Paz (quitémosla el doña, porque supimos casualmente que le agradaba verse despojada de aquel tratamiento), hermana menor del Marqués de Porreño, era una mujer de esas que pueden hacer creer que tienen cuarenta años, teniendo realmente más de cincuenta. Era alta, gruesa y robusta, de cara redonda y pecho abultado, que se hacia más ostensible por el singular empeño de ceñirse á la altura usada en tiempo de María Luisa. Su rostro, perfectamente esferoidal, descansaba sin más intermedio sobre el busto; y su pelo, negro aún por una condescendencia de los años, y partido en dos zonas sobre la frente, le tapaba entrambas orejas, recogiéndose atrás. Su nariz era pequeña y amoratada; su boca más pequeña aún y tan redonda, que parecía un botón encarnado; los ojos no muy grandes, la barba prominente, los dientes agudos, y uno de ellos le asomaba siempre cuando más cerrados tenía los labios. De la extremidad visible de sus orejas pendían dos enormes herretes de filigrana, que parecían dos pesos destinados á mantener en equilibrio aquella cabeza. En el siniestro lado tenía una grande y muy negra verruga, que asemejaba un exvoto puesto en el altar de su cara por la piedad de un católico. El cuerpo formaba gran armonía con el rostro; y en sus manos pequeñas, coloradas y gordas, resplandecían muchos anillos, en los que los brillantes habían sido hábilmente trocados por piedras falsas. Echemos un velo sobre estas lástimas.
Salomé era un tipo enteramente contrario. Así como la figura de Paz no tenía nada de aristocrático, la de ésta era de esas que la rutina ó la moda califican, cuando son bellas, de aristocráticas. Era alta y flaca, flaca como un espectro. Su rostro amarillo había sido en tiempo de Carlos IV un óvalo muy bello; después era una cosa oblonga que medía una cuarta desde la raíz del pelo á la barba; su cutis, que había sido finísimo jaspe, era ya papel de un título de ejecutoria, y los años estaban trazados en él con arrugas tan rasgueadas que parecían la complicada rúbrica de un escribano. No se sabe cuántos años habían firmado sobre aquel rostro. Las cejas arqueadas y grandes eran delicadísimas: en otro tiempo tuvieron suave ondulación; pero ya se recogían, se dilataban y contraían como dos culebras. Debajo se abrían sus grandes ojos, cuyos párpados ennegrecidos, cálidos, venenosos y casi transparentes, se abatían como dos compuertas cuando Salomé quería expresar su desdén, que era cosa muy común. La nariz era afilada y tan flaca y huesosa, que los espejuelos, que solía usar, se le resbalaban por falta de cosa blanda en que agarrarse, viéndose la señora en la precisión de sujetárselos atrás con una cinta. Y, por último, para que esta efigie fuera más singular, adornaban airosamente su labio superior unos vellos negros que habían sido agraciado bozo y eran ya un bigotillo barbiponiente, con el cual formaban simetría dos ó tres pelos arraigados bajo la barba, apéndices de una longitud y lozanía que envidiara cualquier moscovita.
El despecho crónico había dado á este rostro un mohín repulsivo y una siniestra contracción que se avenía muy bien con las formas de la figura y su atavío. Desaparecían los cabellos bajo un tocado de tristísimo aspecto, y el cuello, que fué comparado al del cisne por un poeta quejumbrón del tiempo de Comella, era ya delgado, sinuoso y escueto. Marcábanse en él los huesos, los tendones y las venas, formando como un manojo de cuerdas; y cuando hablaba alterándose un poco, aquellas mal cubiertas piezas anatómicas se movían y aguaban como las varas de un telar. Debajo de toda esta máquina se extendía en angosta superficie el seno de la dama, cuyas formas al exterior no podría apreciar en la época de nuestra historia el más experimentado geómetra, y más abajo la otra máquina de su talle y cuerpo, inaccesible también á la inducción; máquina que á fuerza de ataques nerviosos había llegado á la más completa morosidad. Cubríala un luengo traje negro. Entre los pliegues de un vastísimo pañuelo del mismo color, se destacaban dos manos blancas, finísimas, de un contorno y suavidad admirables. Pero no eran las manos la única cosa bella que se advertía en aquella ruina, no: tenía otra cosa mil veces más bella que las manos, y eran los dientes, que, salvados del general desastre, se conservaban hermosísimos, con perfecta regularidad, esmalte brillante é intachable forma. Oh, los dientes de aquella señora eran divinos: sólo ellos recordaban el antiguo esplendor; y cuando aquel vestigio se sonreía (cosa muy rara); cuando dejaba ver, contrastando con lo desapacible del rostro, las dos filas de dientes de incomparable hermosura, parecía que la belleza, la felicidad y la juventud se asomaban á su boca, ó que una luz aclaraba aquel rostro apagado.
Doña Paulita (nunca pudo quitarse ni el doña ni el diminutivo) no se parecía en nada ni á su tía ni á su prima. Era una santa, una santita. Sus ademanes estaban en armonía con su carácter, de tal modo, que verla y sentir ganas de rezarle un Padrenuestro era una misma cosa. Miraba constantemente al suelo, y su voz tenía un timbre nasal é impertinente como el de un monaguillo constipado. Cuando hablaba, cosa frecuente, lo hacía en ese tono que generalmente se llama de carretilla, como dicen los chicos la lección; en el tono en que se recitan las letanías y los gozos. Examinando atentamente su figura, se observaba que la expresión mística que en toda ella resplandecía, era más bien debida á un hábito de contracciones y movimientos, que á natural y congénita forma. No se crea por eso que era hipócrita, no: era una verdadera santa, una santa por convicción y por fervor.
Tenía el rostro compungido y desapacible, pálido y ojeroso, áspera y morena la tez, con el circuito de los ojos como si acabara de llorar; las cejas muy negras y pobladas; la boca un poco grande y con cierta gracia innata, casi desfigurada por el mohín compungido de sus labios, hechos á la modulación silenciosa de palabras santas.
El que fuera digno de gozar el singular privilegio de ser mirado por ella, habría advertido en sus ojos la inalterable fijeza, la expresión glacial, que son el primer distintivo de los ojos de un santo de palo. Pero había momentos, y de esto sólo el autor de este libro puede ser testigo; había momentos, decimos, en que las pupilas de la santa irradiaban una luz y un calor extraordinarios. Y es que, sin duda, el alma abrasada en amor divino se manifiesta siempre de un modo misterioso y con síntomas que el observador superficial no puede apreciar.
Su vestido era recatado y monjil, no siendo posible certificar que bajo sus tocas hubiera algo parecido á una cabellera, aunque nos atrevemos á asegurar que la tenía, y muy hermosa. Su estatura no pasaba de mediana, y á pesar de la modestia, poca elegancia, y ninguna presunción con que vestía, era indudable que un mundano topógrafo, llamado á medir las formas de aquella santa, no se hubiera encontrado con tanta falta de datos como en presencia de su ilustre prima la acartonada Marta Salomé.
Conocida esta trinidad ilustre, conviene recordar algunos antecedentes históricos. Allá por los años de 1790, los Porreños eran muy ricos, tenían gran boato y gozaban de mucha preponderancia en la Corte. Entonces Paz tenía diez y nueve años, y era tan fresca, robusta y coloradota, que un poeta de aquel tiempo la comparó á Juno. Decían sus primas por lo bajo que era muy orgullosa, y su padre el decimocuarto de los Porreños, aseguraba que no había príncipe ni duque que fuera digno de aquella flor. Estuvo arreglado su casamiento con un joven de la ilustre casa de Gaytán de Ayala; pero aconteció que el tal no gustó de Juno, y la boda fué un sueño. Es imposible pintar el dolor que tuvo la infeliz cuando María Luisa, hallándose una noche en casa de la duquesa de Chinchón, se permitió hacer, con su acostumbrada malicia, algunas apreciaciones un poco picantes sobre la gordura y redondez de nuestra diosa.
Esto no fué, sin embargo, obstáculo para que, pasados cuatro meses, se ajustaran las bodas de Paz con un caballero irlandés que estaba en la embajada inglesa. Pero el diablo, que no duerme, hizo que ocurrieran á última hora algunas dificultades: el decimocuarto Parreño era cristiano muy viejo y muy temeroso de Dios; y cierto fraile de la Merced, que frecuentaba la casa y tomaba allí el chocolate todas las noches, dió en probar, con la autoridad de San Anselmo y Orígenes, que aquel caballerito irlandés era hereje y poco menos que judío. Alarmóse la susceptible conciencia del Marqués, y después de echarle un sermón consolatorio á Paz, ésta se quedó sin marido, con la triste circunstancia de que se ponía cada vez más gorda, y ni bajándose el talle podía disimular aquel mal. Por último, en Diciembre de 1795, Paz se casó con un pariente viejo y fastidioso, que cometió el singular despropósito de morirse á los siete días de casado, dejando á su mujer más gruesa, pero no en cinta. Por la rama femenina los Porreños se quedaron sin sucesión, lo cual hacía que el viejo Marqués, en sus accesos de melancolía, se pusiera á llorar como un niño, presagiando el triste fin y acabamiento de su gloriosa casa.
Entonces murió el viejo: heredóle su hijo don Baltasar, padre de Salomé; y con ésta, cuya belleza era notable, había formado el padre proyectos matrimoniales que remediaran la ruina que ya le amenazaba. El pleito comenzaba á aparecer formidable, siniestro, terrible, como un monstruo de múltiples miembros; habíase apoderado de la casa, la estrechaba, la devoraba, la consumía. Un pleito es un incendio; pero más terrible, porque es más lento. La casa ilustre comenzaba á desmoronarse: era inútil que le quisieran poner un puntal aquí, otro allá; la casa se venía al suelo, porque el monstruo terrible no cesaba en su actividad destructora. Lo único que logró don Baltasar fué disimular su ruina. Nadie creía que aquella casa poderosa estaba devorada por los acreedores. Sólo Elías Orejón, que gozaba sin sueldo de las preeminencias de intendente, lo sabía. Don Baltasar fundaba su esperanza en Salomé, cuyo peinado de canastillo había seguramente gustado mucho al joven Duque de X…, que buscaba esposa en la tertulia de la citada Duquesa de Chinchón.
Salomé era entonces una Sílfide. Ninguna le igualaba en esbeltez y delicadeza: vestía con suma gracia y sencillez, y bailaba el minueto da una manera tan sutil y ligera, que aparecía del modo menos terrestre que es posible en la figura humana.
El Duque se enamoró de ella como un loco: hizo que uno de los más enfadosos poetas de aquel tiempo escribieran unas estrofas amatorias, que el joven apasionado deslizó suavemente en la mano de Salomé á la salida de un baile. Sentimos no tener á mano estas estrofas, porque son un documento notable y digno de ser conocido. En prosa neta contestó la joven; pero no fué menos expresivo su estilo. Hicieron amistades; de las amistades pasaron al galanteo, y del galanteo al proyecto de boda. Don Baltasar creyó en el afianzamiento de su casa; pero se llevó un terrible chasco. De repente los Duques de X … se opusieron al casamiento de su hijo; Salomé estuvo siete días en cama con dolor de muelas; su padre oyó con sumisión la homilía que el fraile le espetó por vía de consuelo, y Elías Orejón le leyó en seguida unas terribles cuentas, que le hicieron el efecto de un tósigo.
La joven empezó entonces á enflaquecer. Por un amigo de la casa hemos sabido que antes que el peinado de canastillo impresionara tan enérgicamente al joven Duque, había indicios para creer que á Salomé no le era del todo indiferente un teniente de húsares del Rey, que medía la calle del Sacramento lo menos cien veces al día. Es también seguro que Salomé pasaba muchas noches llorando, y que en aquel asunto intervinieron el fraile y el Marqués. El teniente fué mandado al Perú, y no se supo nada más de él.
Es imposible expresar lo que sufrió la pobre alma de la joven Porreño con el terrible golpe del rompimiento de la boda. Ella esperaba no sé qué de aquel enlace. ¡Misterios femeninos! Lloró por el teniente y rabió por el Duquesito. Desde aquellos días principió á advertirse en ella la modificación que la llevó al estado en que la conocemos. La displicencia atrabiliaria, el desdén amargo, la impasibilidad indiferente aparecieron entonces, y se apoderaron por último, de su espíritu por completo. Llegó con los años á ser la persona más desapacible y de trato más fastidioso que pudiera concebirse, ella que había tenido un carácter tan flexible, un trato tan amable, una manera de insinuarse tan suave y halagüeña.
No así doña Paulita, que siempre había encontrado consuelos en la religión. Desde niña había sido reputada como un ángel; no hacía más que rezar y cantar á estilo de coro, remedando lo que oía en las Carboneras. Los domingos decía misa en un pequeño altar, que ella misma había formado, y también predicaba desde lo alto de una mesa con gran regodeo de toda la servidumbre, que acudía para oírla desde los cuatro polos de la casa. Ya más grandecita, manifestaba un vehemente horror á los saraos y á los teatros; lo único que pudo agradarla un poco fué una función de toros, á que la llevó su padre, gran aficionado. Solamente iba doña Paulita al teatro cuando se representaba algún auto en la Cruz por fiestas de Corpus, pero siempre iba con permiso de su confesor.
Entrada en los diez y ocho años, oyó con horror las proposiciones del decimoquinto Porreño, su tío, para que se casara.
—Yo—dijo,—ó seré hija de Jesucristo, ó viviré en mi casa, ausente del mundo, buscando en ella un baluarte contra el demonio.
—Bien, hija mía: si es éste tu gusto—dijo el tío,—sea. Creció con los años su devoción, pero no hipócrita, sino devoción verdadera, legítimo fervor cristiano. Tenía grandes visiones, y en llegando la Cuaresma se disciplinaba, y decían los criados que en las altas horas de la noche sentían los azotes que se daba. En la época de la decadencia, cuando vivían en la calle de Belén, visitaba todos los días á las vecinas monjas de Góngora, conversando con ellas largas horas. Con ellas consultaba sus visiones y contravisiones, relatando sus deliquios y arrebatos de amor divino. Otros días llegaba muy apurada para contarles cómo había sentido unas terribles tentaciones, y que bebiendo vinagre se le habían quitado.
Así pasaba los días en sabroso comercio con lo desconocido, lo mismo en la época de su apogeo que en la de su decadencia.
Estos tres ángeles caídos llevaban una vida monótona y triste. Su casa era la casa del fastidio. Parecía que las tres se fastidiaban de las tres, y cada una de las demás.
Nos hemos olvidado de otro importante inquilino. Era un delicado ejemplar de la raza canina, un perrito que representaba en la casa el elemento irracional. Mas en este ser no se veían nunca la inquietud y alborozo propios de su edad y de su raza; antes, por el contrario, era tan melancólico como sus amas. En los tiempos do prosperidad había en la casa muchos perros: dos falderos, un pachón y seis ó siete lebreles, que acompañaban al decimocuarto Porreño cuando iba á cazar á su dehesa de Sanchidrián…. Con la ruina de la casa desaparecieron los canes: unos por muerte, otros porque el destino, implacable con la familia, alejó de ella á sus más leales amigos. Mas en su decadencia, las tres damas no podían pasarse sin perro: y es fama que un día, viniendo doña Paz de visitar á sus amigas las Carboneras, al pasar por la Puerta del Sol, vió á un hombre que vendía unos falderillos de pocos días. Acercóse con emoción y cierta vergüenza, pagó uno con ocho cuartos y se lo llevó bajo el manto.
Instalado el perro en la casa, Salomé le puso nombre, y recordando las lucubraciones mitológicas y pastoriles de los poetas que en el tiempo de la Chinchón la obsequiaban con sus versos, le puso el nombre clásico de Batilo.
Este desventurado ser se hallaba en el momento de nuestra descripción echado á los pies de María de la Paz, semejando en su actitud á los perros ó cachorrillos que duermen el sueño del mármol inerte á los pies de la estatua yacente de un sepulcro.
Las de Porreño se levantaban á las siete de la mañana, tomaban un chocolate del más barato, y se iban á las Góngoras. Oían tres misas y parte de una cuarta. Si era domingo confesaban, y después volvían á casa, quedándose generalmente doña Paulita en el locutorio á hablar de las llagas de San Francisco. A la una comían (no tenían criada) una olla decente con menos de vaca que de carnero, y algunos platos condimentados por el instinto (no educación) culinario de María de la Paz, que consideraba como la última de las humillaciones la de entrar en la cocina. Después hacían labor. Una vez al año visitaban á cierta condesa vieja que las conservaba alguna amistad á pesar de la desgracia. Llegada la noche, rezaban á trío por espacio de dos horas, y después se acostaban. Al sumergirse en aquellas camas arquitectónicas, verdaderos monumentos de otros tiempos, los tres vestigios de la familia insigne de Porreño, vivos exóticamente en nuestros días, parecía que se hastiaban del mundo de hoy y se volvían á su siglo.
Concluyamos: la más inalterable armonía reinaba aparentemente entre ellas. Parecían no tener más que un pensamiento y una voluntad. La unción de Paulita se comunicaba á las otras dos, y la misantropía amarga de Salomé se repetía igualmente en las demás. La alegría, el dolor, las alteraciones de la pasión y del sentimiento no se conocían en aquella región del fastidio. La unidad de aquella trinidad era un misterio. En los momentos normales de la vida las tres no eran más que una: lo antiguo manifestado en un triángulo equilátero; el hastío representado en tres modos distintos, pero uno en esencia.

domingo, 8 de abril de 2012

El día que murió Marilyn. Terenci Moix

Leer este fragmento que os paso...

"- ¿Qué te pasa?
- Que eso no está nada bien.
- ¿Por qué?
- Porque no. Mamá lo dice.
- Tu madre es del año de la pera.
- No. Lo que pasa es que mamá quiere que yo sea una chica formal.
- Y tú te estás muriendo de ganas de que yo te bese...
- ¿Sabes que a veces eres muy desagradable?
- Mejor.
Callamos un rato. Después:
- ¿Subes a casa?
- No.
- Ya te has enfadado.
- No.
- Mentira. Te has enfadado.
- Pues si. Me he picado.
- ¡Mira que eres tonto! Una cosa es jugar y otra ir en serio.
- Si estuvieras con los del grupo, seguro que te dejarías besar...
- A lo mejor sí. Pero es que entonces no habría ningún peligro. Pero tú, cuando me besas estando solos, es como si me desearas de mala manera...
- ¡Claro que sí! ¡Como que te deseo!
- Pues eso es pecado. ¿No lo sabías?"

1962. Sitges. Era la  moral de la época, aunque había unos pocos transgesores. Ahora, no me digaís que no, a uno le da la risa leyendo esto. Da vértigo pensar como hemos pasado de "es pecado" a "Televisión. Cuatro. ¿Quién quieres casarse con mi hijo".

Este fragmento esta sacado el libro "El día que murió Marilyn" de Terenci Moix

domingo, 1 de abril de 2012

¿Por qué leemos?

Hola a tod@s:

Estaba leyendo el blog de Antonio Linde y no he podido resistirme a compartir con vosotros una canción que recomienda de Nick Lowe que se titula "I read a lot" (leo un montón). Es la historia de una persona que encuentra consuelo en la lectura. Os recomiendo escuchar el vídeo mientras leéis la letra abajo.


I read a lot, nowadays,
much more than before
you left me high and dry
in a loveless land
with nothing but time on my hands.

I read a lot, not just magazines,
but other more serious things,
to get me through the day
nighttime too
whilst wondering how in the world
to go on without you.

"Lonely" isn't the word for me now.
"Blue" doesn't describe it somehow.
"Blue" isn't the word for me now.

I read a lot, I can't put it down
while others are painting the town
you'll find me in a world of fantasy
Population: one. That's me.

So if you ask me how I stop
contemplating what I now have not
I'll reply I read a lot.

Vida de pez

Una y otra vez,
siempre vuelves a la misma esquina:
“Mira que esto me suena,
¿lo habré vivido en otra vida?”.

Te lo dice tu madre,
te lo dicen tus amigas:
“Anda, aprende de una vez,
que la cicatriz se abre siempre por la misma herida”.

Pero tú le das más y más vueltas
al pequeño mundo de tu pecera de cristal:
“¿Por qué me hice mal otra vez?
¿Quién me hizo daño esta vez?”.

Nada, nada, nada, nada…
Siempre en el mismo sentido
para moverte sin que cambie
nada, nada, nada, nada…

VIENTO HELADO

  Un viento helado ahoga el aire y las sombras pintan las esquinas de un invierno que viste una  rota gabardina. La futuro es un escupitajo ...