Deambular sin rumbo fijo por las calles de la ciudad náufraga.
Entrar en un bar, tomar un vermut. Luego proseguir la senda del azar. Entrar en una librería, comprar un libro de Charles Bukowski. Y después leerlo en el claustro de una catedral del centro de la ciudad. De repente levantar los ojos hacía el cielo y, no pensar en nada.
Entrar en un bar, tomar un vermut. Luego proseguir la senda del azar. Entrar en una librería, comprar un libro de Charles Bukowski. Y después leerlo en el claustro de una catedral del centro de la ciudad. De repente levantar los ojos hacía el cielo y, no pensar en nada.
O si.
Ya que no pensar es una forma de pensar también. Sin querer me vinieron unos versos de Pessoa.
A la hora de comer ir a un restaurante marroquí. Comer un delicioso cuscús de pollo acompañado de un rico vino. Después, mientras se da vueltas a un delicioso carajillo, hacer planes para robar un banco.
Parece un plan complicado, pero si uno se empeña nada es imposible.
Luego regresar a casa. Hechar una siesta. Al despertar proseguir con la lectura del libro de Bukowski. Sumergirse en sus páginas, vivir con él durante unas horas por las calles de la ciudad de Chicago. Charles parece que era un buen tipo. Tuvo una infancia y una adolescencia complicada, entre las palizas de su padre y el dichoso acné. ¡Puta vida!
Sus historias teñidas de una cruda realidad, sus líos de faldas, sus peleas, sus reflexiones me transmiten cierta calidez, humor y una singular ternura. Quizás bebió demasiado, claro que a menudo este cruel sistema no deja muchas otras alternativas... Y es que, como decía mi abuela, cada se sabe lo suyo.
Dani T. D. 6/11/2021
Sobre esto Amèrica està realizando peliculas y series ahora mismo en antena, que se pasan los clichés por el forro de la regatera, y resultan incomprensibles para las mentes estructuradas cualesquiera. En Espańa la más notoria es TIERRA AMARGA y su puesta en escena fuera de tiempo.
ResponderEliminar