miércoles, 10 de febrero de 2021

¡¡¡SIGUE RAPEANDO PABLO, QUE NO TE CALLEN!!!

 Para que una democracia funcione, como mínimo es necesario que haya libertad de expresión. Cualquiera puede expresar lo que le de la gana, faltaría más.
   Se supone que estamos en democracia. Claro, que las opiniones de uno no gustan a todos, y es natural. Seria horroroso que todos pensáramos igual. 
  Sin ir más lejos, los raperos son artistas que se expresan a través de sus composiciones. No tienen, y no deben, porque gustar a todos. Provocan porqué, entre otras cosas, es una de las funciones del arte.
  La provocación no deja de ser una estimulación para que las ideas, el conocimiento, la cultura, hasta el dialogo  fluyan.
  En una democracia, debería ser un ejercicio sano criticar, burlar y hasta faltar el respeto a según que instituciones. De algunas forma, las instituciones se supone que están ahí para servir a los ciudadanos. Y a menudo olvidan sus obligaciones. 
 Sin ir más lejos, defecarse en el rey, en su puto padre o en la Virgen de los C@jones (al menos de manera simbólica) debería, de alguna forma, estar subvencionado por el estado, para velar por la salud mental del pueblo.

  Por otra parte, tenemos la piel cada vez más fina. Y nos malestamos cada vez que nos sentimos ofendidos por según que comentarios sobre nuestra raza, sexo, físico, inteligencia, religión, ideología etc... Hay que tener respeto claro, pero también  hay que continuar expresándose libremente. Es un ejercicio muy sano y contribuye a que la sociedad humana avance y se enriquezca.

  Porqué si un rapero va a la cárcel por sus expresiones en sus canciones, tenemos un problema muy grave en nuestra sociedad democrática.

Dani T. D. 10/2/2020

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