buscando anhelantes e inquietas horas
que, pretenciosas,
sacuden un aburrimiento existencial:
navegando por el ciberespacio
más mediocre, proclive e inquietamente aceptable.
Mil noches en ti pero sin ti,
perdido en una vida que muriendo
que cose todos los deseos vitales
desde el alarde más auténtico, que no verdadero.
Mil noches sin el lenguaje de nuestros besos
mientras el recuerdo de los días futuros
se larga a recorrer con chándal y a lo loco
el bulevar de los instantes completamente vacíos. descosidos
y carentes de sentido.
Cuando el ansia se autoconsuela sobre la maldita
espera con las piernas bien abiertas,
desde las orillas moradas y sutiles
de una pequeña muerte profundamente erótica
y liberadora, ante tanto cadáver viviente....
Cuidate cariño....
Dani T. D.
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