¡FELIZ HASTA LOS COACHING!

   La felicidad es un estado de gracia a la que todo buen mortal aspira en ciertos momentos., es natural. Pero de un tiempo hasta parte, al menos me lo parece a mi, hay como una obsesión de estar bien siempre, de cultivar el buen rollo allá a dónde uno vaya, de aspirar a un estado WaltDysney permanente (¡y luego dicen que las drogas son malas!) . A mí eso me produce cierta náusia (evocando a Jean Paul, el tuerto). Hay días en que uno esta triste, cabreado con la puta existencia y con ganas de absolutamente de nada. Y esto no deja de ser un derecho. Hay que ser siempre educado con el prójimo (o el próximo) eso sí, ya que ¿¿¿qué culpa tiene nadie de los humores de uno???  Pero vivir no es fácil para nadie. ¿Quien ha dicho que la vida tenga que ser fácil y tenga sentido? No soy un un filosofo, ni nada por el estilo. Sólo soy un tío que se hace preguntas, seguramente todas equivocadas. A más, de esta vida nadie sale vivo, absolutamente nadie, (excepto el espabilao de Jesus, gracias!).Claro que tampoco creo en una vida más allá de la muerte, eso me produce bastante pereza.  En vivir una vez tengo más que suficiente. Pero ya que uno esta vivo tampoco hay que ser imbécil y ha de procurar hacer lo que uno le venga en gana, y si no es así, al menos soñarlo (ciertas sustáncias ayudan, considerablemente). Y no tomarse nada en serio (empezando por uno mismo, y acabando por los coaching de las narices).
 Aspirar exclusivamente a ser feliz, pase lo que pase, en esta vida lleva a la desgracia más existencial y evidente. Digo yo...

  Dani Torralba Devesa, 25/5/2017