Una jornada más, me inclino al vacío de los acontecimientos y de sus cosas, como un explorador. Desde la más sofisticada curiosidad, claro.
Como pisando tierra firme, tanteando la superficíe, o yo que sé. Me vuelvo a dar cuenta (sin querer) que todo, empezando por mi ser (aunque lo de ser no es más que una alteración de la psique, por lo menos en mi caso) está completamente vacïo.
Diremos que el vacío es el espacio que a su vez esta formado (en su deformidad mas arbitrária) de particulas i moléculas. Atómos que subyacen danzando de aquí para allá. Segurmente se encuentran inquietos, ¿acaso han tomado demasiado café? Puede. Pero todo se reduce a la regularización de la extensión que propaga al vació. Hay casos en los que se echa mano de la vida. Sí, como un periódo en dónde se manifiesta un movimiento más o menos rectilinio que va desde las ondas electromagnéticas hasta el supermercado más cercano. Ahora hay que ir con poco cuidado, y no creer demasiado en tonterias. Porqué, hoy en dia, ya se sabe, con los cosméticos y los economistas ultrasensibles, no se puede meditar en profundidad de casi nada. I sobre los benificios que otorga el vacío en nuestra vida diàrian no digamos.
Seguiremos informando. Hasta PRONTO.
Dani Torralba i Devesa. octubre 2016
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