Tormentas de arena
en el territorio
de mi alma rota.
Los pies sordos
siguen sin más
andando mi destino.
Voy dando círculos,
noto que no avanzo
pero tampoco retrocedo.
A veces, durante unos
veinte minutos al día,
me siento a esperar
a ver si se produce
algún que otro milagro
que me saque de aquí.
De esta rutina
que ya huele a podrida sardina,
que me tira pa'tras.
Pero se que
la solución pasa por
lanzarse al vació más libre
sin complejos,
sin paracaidas,
sin prisas,
sin pausa,
sin prisas,
sin pausa,
sin apegos
de ninguna clase.
Dani Torralba Deves, 1 de setembre de 2016
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